En 2015 los que ingresaban en el CETI no pensaban en la opción de quedarse en el país
La tendencia de la estancia de los refugiados ha cambiado en los últimos meses, principalmente en los de nacionalidad siria. La directora de programas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Mónica López, asegura que en los últimos meses de 2015 e inicios de 2016 hubo un perfil mayoritario de sirios que habían pasado por el CETI de Melilla, cuyo proyecto migratorio no contemplaba quedarse a vivir en España. Sin embargo, ahora la situación es distinta.
“Muchos de ellos abandonaban los centros en la primera semana”, apunta López, aunque esta situación ha cambiado con las llegadas sobre todo de los refugiados que proceden de reasentamientos como los situados en Líbano y Turquía o de reubicaciones desde Grecia e Italia, que tienen proyecto de quedarse en España.
Integración refugiados
A la hora de valorar la integración, para esta responsable de CEAR “si el éxito es tener un trabajo para poder pagarse el alquiler y vivir en condiciones buenas, eso cuesta, porque en España las condiciones laborales no son las mejores y el generar tus propios ingresos pasa por un trabajo por cuenta ajena”, indica.
El perfil de los 15.000 refugiados que solicitaron en 2015 protección internacional es variopinto, empezando por las nacionalidades: más de la mitad de esas solicitudes procedían de Siria (5.724) y Ucrania (3.420), Palestina (809), Argelia (675), Venezuela (596) y Marruecos (409). Respecto al sexo, los hombres casi duplican el número al de mujeres.
En este sentido, la responsable de migraciones de Cruz Roja, Raquel Rodríguez, explica que no hay un perfil claro de refugiado. “Viene gente diversa, desde personas que no saben escribir ni leer, hasta universitarios y catedráticos”, explica Rodríguez.
Además, apunta que en España, no hay datos que saber, por ejemplo, cuánto tiempo permanecen en el país una vez conseguido el asilo. “Ellos tiene libertad de movimientos una vez que tiene el estatuto de refugiado reconocido”, aclara.
Solicitudes aceptadas
Pero una cosa son los solicitantes y otra los que realmente obtienen esa protección. En 2015, el Gobierno concedió el estatuto de refugiado a 220 personas y la protección subsidiaria (que dura cinco años y luego se evalúa de nuevo la situación) a 800; siete de cada diez solicitantes tienen que abandonar el país porque no se les otorga esta protección.
Los expertos consultados por Efe coinciden en que España tiene capacidad de acoger a un número superior de refugiados.
“España tiene margen para acoger a un número mayor (su compromiso es de 17.337 antes de septiembre de 2017); en Suecia son 150 refugiados cada 10.000 habitantes, en España 1,5”, asegura la técnico de Cruz Roja.
Para el responsable de Accem, 17.000 no es “un número desorbitante; no va a descolocar la sanidad, los servicios sociales, ni la educación, todo seguirá igual”.
“Es un impacto mínimo, España tiene una población de 46 millones de habitantes; toda la sociedad debe estar abierta porque es una deuda histórica y dice mucho de una sociedad”, añade la directora de CEAR.