El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, visitó ayer Melilla para inaugurar el Fuerte de la Victoria Chica tras su remodelación y recepcionar 21 viviendas de protección oficial de reciente construcción. Pero el interés del viaje del ministro radicaba, especialmente, en el nuevo contrato marítimo que su departamento ha diseñado para Melilla. Los melillenses querían preguntar directamente a Ábalos y escuchar los argumentos de este respecto a las críticas suscitadas con el nuevo pliego.
El ministro, no como otros políticos que visitan nuestra ciudad, no se escondió, dio la cara y respondió a los medios en una rueda de prensa.
Y dijo cosas interesantes. Defendió que debido al momento de pandemia en el que nos encontramos, el Gobierno central considera que las actuales frecuencias de los barcos son las adecuadas dado el descenso de pasajeros, pero abrió la puerta a modificarlas si la situación cambia. No en vano, el actual contrato marítimo aumenta el presupuesto destinado al servicio y no hay que olvidar que se han introducido nuevos destinos que antes no existían, mejorando la conectividad con la península. Además, Ábalos avanzó que se va a cambiar la calificación del aeropuerto de nuestra ciudad, lo que permitirá que lleguen aviones de mayor capacidad. Es sin duda una buena noticia para Melilla.
La realidad es que la reducción de las frecuencias de los viajes marítimos ha supuesto un golpe para muchos melillenses que habitualmente necesitan este servicio para llegar a la península pero también es cierto que el tráfico que existe ahora es muy reducido y que lo que tenemos puede ser suficiente en estos momentos. Habrá que esperar a que la pandemia de coronavirus se atenúe y se pueda recuperar la movilidad habitual en estas rutas para comprobar si realmente existe en Madrid la voluntad de no dejar abandonada a Melilla. El tiempo nos dirá si el nuevo contrato marítimo es beneficioso para la ciudad o es un clavo más en el ataúd de Melilla.