El barrio El Real acogió una jornada de actividades con motivo del ‘Park(ing) Day’. El objetivo es hacer ver a la ciudadanía que hay vida más allá del coche.
Ya el nombre del acto es un juego de palabras en sí mismo. ‘Park(ing) day’, la jornada de actividades que la Asociación de Vecinos del Barrio del Real organizó ayer en la calle La Legión, combina en su denominación dos palabras anglosajonas: ‘park’ (parque) y ‘parking’ (aparcamiento). La idea es que la primera sustituya a la segunda y lo que antes era un lugar de tránsito de coches se convierta en una zona verde en la que la naturaleza y los peatones compartan el protagonismo, al menos por un día. “El objetivo es ganarle espacio a los coches e imaginar cómo sería la ciudad sin ellos y sin prisas”, contó a El Faro Olga Rubio, miembro de la junta directiva de Guelaya.
La agrupación ecologista es una de las asociaciones que, a través de un rincón repleto de plantas autóctonas melillenses y libros infantiles, colaboró con las actividades que, durante unas seis horas, entretuvieron a los que pasearon (a pie, por descontado) por la calle La Legión.
En la misma línea, se manifestó el organizador de la jornada: Jesús Motos, componente de la asociación de vecinos. “Debemos darnos cuenta de que sin coches también podemos disfrutar de la calle”, dijo.
Juegos y deporte
A las dos ya citadas, hemos de sumar tres agrupaciones locales más: Melilla con Bici, la oficina de movilidad de la ciudad autónoma y la asociación para el desarollo infantil de Melilla Garabatos. Todas ellas ofrecieron, desde las cinco de las tarde, actividades lúdicas y deportivas, como lecturas, sesiones musicales a cargo de un Dj, clases de spinning y juegos populares como la comba.
Mención especial merece ‘Party kif kif’, una ruleta al estilo ‘Party & Co’ desarrollada por tres estudiantes de Educación Social en la UGR y adaptada a la problemática de la igualdad género (‘kif kif’ significa, según una de ellas, ‘igual’ en tamazight). Así, los niños golpeaban la aguja y se enfrentaban a las pruebas que les esperaban en las casillas a las que el azar los llevara.