El importante aumento de la migración irregular de argelinos a España y la creciente inseguridad en el Sahel centraron la visita oficial que el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, realizó hoy a Argel, la tercera en apenas dos años.
La visita comenzó apenas una horas después de que Salvamento Marítimo en España anunciara la interceptación en 26 varones argelinos que navegan a la deriva en dos pateras a unas 30 millas náuticas de la costa de Almería, una provincia que se encuentra a apenas 200 kilómetros al norte de Argelia y al día siguiente de que un presunto grupo yihadista matara a seis ciudadanos franceses y a sus dos guías nigerinos en las proximidades de una reserva de jirafas situada a unos 50 kilómetros al sur de Niamey, la capital de Níger, camino de la frontera con Burkina Faso, uno de los países donde más se ha desarrollado la amenaza yihadista en el último año.
Grande-Marlaska dijo que él y su colega argelino del Interior, Kamel Beldjoud, pusieron de manifiesto "lo importante del trabajo de coordinación y cooperación entre Europa y Argelia y el norte de África en el sentido de la lucha contra el terrorismo".
En este sentido, Grande-Marlaska dijo que ambos manifestaron su "compromiso con Niger, con el conjunto del Sahel, en la lucha contra todas las organizaciones, la criminalidad organizada", así como su pésame "tanto a Niger como a la República francesa".
"Lo importante", afirmó, es "el compromiso de todos los países en el marco de la Unión Europea, en el marco del norte de África y en el Sahel de luchar contra la criminalidad organizada que está realmente asentada".
La Unión Europea, y en particular Francia, ha expresado su preocupación por la situación que se vive en la frontera sur de Argelia, un amplio territorio desértico que se ha convertido en el último año en una de las principales rutas de la migración irregular subsahariana y en la que actúan con facilidad mafias dedicadas igualmente al tráfico ilegal de armas y combustible y organizaciones yihadistas.