Después de 13 días, Melilla vuelve a registrar casos registrados de coronavirus. Dos personas están contagiadas, una de ellas hospitalizada, con lo que la ciudad se suma a las regiones de España donde se han producido rebrotes de la enfermedad tras el final de confinamiento.
Era de esperar que , tarde o temprano, la COVID-19 volviera a aparecer, sobre todo una vez que se reabrieron las conexiones aéreas y marítimas con la península y con la relajación de las normas de restricción a la movilidad.
Pero no por ser algo que se sabía que iba a suceder deja de ser importante. El virus sigue con nosotros y no se va a ir. Por el momento, hasta que llegue una vacuna efectiva, la única formar que tenemos de protegernos sigue siendo el distanciamiento social, el uso habitual de mascarillas y la limpieza con productos higienizantes.
La CAM ya ha estipulado que el uso de las mascarillas será obligatorio, y la mayoría de los melillense mantiene la distancia cuando se encuentra en espacios públicos. Como siempre, hay algunos que por desconocimiento o inconsciencia persisten en no respetar estas reglas básicas de seguridad sanitara. Por suerte, son los menos.
Nos encontramos en un momento clave en la lucha contra el coronavirus. Ya logramos pasar el peor trance, cuando los servicios sanitarios estuvieron a punto de colapsar y los productos de protección escaseaban. Ahora, estamos mejor informados y contamos con más medios, pero la relajación puede ser nuestro peor enemigo. Tenemos que seguir concienciados con que el peligro sigue acechando y entre todos conseguir poner coto al virus y que no se contagie a un gran número de la población. No podemos permitírnoslo.