Un informe del Fondo Monetario Internacional es verdaderamente demoledor con las consecuencias económicas que tendrá la pandemia en España. Se habla de que el PIB bajará un 8%, la misma cifra que durante los años de la crisis del ladrillo. Es decir, en solamente un ejercicio económico lo que antes fue en algo más de cinco.
Por tanto, las expectativas para España no son muy halagüeñas y ello es doble para Melilla. Porque nosotros a la mencionada crisis del coronavirus le tenemos que añadir, aunque sea pesado el recitarlo en tantas ocasiones, la producida como consecuenciade la decisión adoptada por Marruecos de eliminar el comercio atípico desde el pasado mes de septiembre. Por tanto, si las fuerzas políticas de la oposición y los empresarios más los sindicatos no tendrán más remedio que dejar de lado las diferencias que puedan existir y aceptar la invitación de Pedro Sánchez de negociar un Plan de Reconstrucción Nacional, en Melilla no podemos ser menos.
Por un lado, la primera reflexión es volver a repetir lo que ya dijimos en el editorial del pasado lunes cuando mencionamos que nuestra ciudad debía estar presente en esas reuniones, al igual que lo harán el resto de las autonomías. A nosotros no nos pueden dejar de lado porque sería verdaderamente mortal para nuestros intereses. Pero también es un mensaje para todas las fuerzas políticas de Melilla y para todos los agentes sociales. Ese entendimiento que se hace obligatorio a nivel nacional, en nuestro caso es absolutamente primordial porque nos jugamos el doble que los demás. Melilla se encuentra ante una de las encrucijadas más importantes de su historia. Es verdad que siempre hemos sido capaces de superar, a lo largo de nuestra historia, multitud de dificultades, pero quizás nunca como hasta ahora.
El planteamiento que hagamos a nivel nacional para que el Gobierno central nos ayude necesita sí o sí del acuerdo de todos los que están llamados a sentarse en la mesa de negociación.