La primera de las tres procesiones comenzó en la parroquia Castrense con María Santísima de la Piedad y el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Con el cielo todavía azul, el trono salió a las 20:45 horas y ante la mirada de decenas de melillenses.
Con el acompañamiento de una música fúnebre del grupo Orpheus, el Cristo de la Buena Muerte comenzaba su paso, con la Piedad detrás de él. Esta es la única cofradía que cuenta con esta agrupación musical.
La figura de una cristo crucificado y de una virgen que lo sostiene con un inmenso dolor emocionó a los presentes. Este año, la figura de Jesús crucificado fue llevada por la Hermandad de Regulares de Melilla y miembros retirados de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado.
En cuanto a la Piedad, una treinta de portadores llevaron a la virgen por las calles de Melilla para que se viera reflejado el dolor del Viernes Santo.
Desde el año pasado, la Piedad tiene una talla remodelada con una restauración de la cabeza de la imagen, y con la que resalta su expresión facial, además de tener nuevas manos. Sin embargo, la cruz que se encuentra a las espaldas de la virgen es más pequeña que la del año pasado. También contó con menos flores en comparación con otros años.
El recorrido salió en dirección a Plaza de España por Yamin Benarroch y Dique de Almodóvar.
Una vez pasada la Plaza de España, el paso procesional continuó por la calle Ejército Español. Los tronos pasaron al lado de la plaza Menéndez Pelayo y siguieron por López Moreno para girar por Avenida Castelar y comenzar la Carrera Oficial por la Avenida Juan Carlos I, sobre las diez de la noche.
Después de pasar por la Tribuna, el paso se volvió a dirigir a Plaza de España para recogerse en la parroquia Castrense. Pasó nuevamente por Duque de Almodóvar y Plaza Yamín Benarroch antes de la entrada a la iglesia.
Los melillenses admiraron un año más las primeras imágenes fúnebres de este Viernes Santo, que no hizo más que comenzar. Posteriormente, salió de la Plaza de Toros el paso conocido como ‘El Santo Entierro’ y más tarde, en el Sagrado Corazón, salió en silencio la Soledad.