Hasna Aich es una joven marroquí, que estuvo bajo la tutela de la Ciudad Autónoma en La Gota de Leche. El domingo pasado la chica ganó la VII Carrera Solidaria de Albolote, en Granada. Quienes la han visto correr dicen que tiene un talento natural evidente y que su vida como deportista sólo necesita una oportunidad en España.
Hasna Aich entró en La Gota de Leche junto a su hermana, huyendo de una historia para olvidar. Ella era la menor, pero falseó su edad y afirmó que tenía más de los 16 que en realidad había cumplido para no quedarse sola en el centro cuando su hermana saliera tras alcanzar la mayoría de edad.
Las pruebas oseométricas confirmaron su mentirijilla, otorgándole una edad superior a la suya, asegura a El Faro un amigo del equipo melillense Runner’s Team que ha seguido muy de cerca el caso de la corredora. En el seno de este grupo de entrenamiento y de Campeones para la Cañada, del programa Cañada Viva!, Hasna rehizo una nueva familia con una pasión común: hacer kilómetros.
Al cumplir los supuestos 18 años, Hasna salió de La Gota de Leche. En la calle se encontró con que su documentación tenía apenas unos meses de vigencia. Un mes antes de la caducidad, aprovechó una carrera en la península para no volver. Ahora mismo reside en Granada, en la casa de la madre de un voluntario de Cañada Viva!, residente en Melilla, que ha decidido asumir todos los gastos de su manutención.
La joven está compitiendo en carreras populares y Granada Acoge está asesorándola para conseguir regularizar la situación a la que como extutelada tiene derecho. De esta forma, podría federarse con el Club de Atletismo de Motril porque Campeones para La Cañada es, de momento, sólo una acción sociocultural y deportiva de barrio, no es un club oficial de atletismo.
Quienes ahora entrenan a Hasna dicen que llegará a competir en el Campeonato de España y, si hay suerte, llegará a ser olímpica.
Hasna compitió en varias carreras en Melilla con éxito arrasador. Sólo una de ellas, con la Gota de Leche. Ha ganado todas las carreras populares en las que ha participado en Granada en estos meses, excepto una en la que ha quedado segunda, tras una atleta de nivel internacional. Ahora compatibiliza su faceta deportiva con la Educación de Adultos en el Centro Municipal Almanjáyar, de Granada. La suya es una historia de superación, pero sobre todo, de solidaridad.
En Melilla tenemos barrios (Cañada, Reina Regente, Patio Sevilla, Hernán Cortés, Negrete, Pinares o Cabrerizas) a los que no entran las políticas públicas y, en algunos casos, ni la Policía. En ellos "el Ayuntamiento no se siente aludido para organizar actividades ni culturales, ni deportivas, ni sociales ni para niños ni para mayores y luego hablamos de marginalidad y de falta de socialización", comenta el voluntario de Cañada Viva! que cree en el talento de Hasna Aich y le ha tendido la mano para que logre convertirse en una corredora profesional que, quien sabe, quizás algún día gane una medalla olímpica para España.
Habría que preguntarse quién margina a quién. Nuestro país peca de despreciar el talento propio y ajeno. Jóvenes promesas del deporte como Hasna no pueden dejarse a merced de la solidaridad porque ella ha tenido suerte, pero ¿qué pasa con los que no la tienen?
Eso es algo que Estados Unidos hace muy bien: se lo pone fácil a migrantes con talento para las ciencias o el deporte. Nosotros vamos de sobrados. Despreciamos el impacto positivo de las victorias en el ánimo de la gente y la sociedad. Pasó cuando España ganó el Mundial de Sudáfrica en 2010 y en plena crisis económica los bares se llenaron porque los españoles tenían algo que celebrar.