La arteria principal del centro se convirtió ayer por la tarde en un festival de juegos tradicionales y exhibiciones deportivas para celebrar la Semana de la Movilidad l Los melillenses respondieron y se animaron a participar.
Quien no haya leído el periódico en los últimos días se tuvo que llevar ayer por la tarde una sorpresa mayúscula al pasar por la Avenida Juan Carlos I, arteria principal del centro modernista. La calle estaba cortada al tráfico y, lo que es más importante, inundada de cientos de melillenses practicando las más variadas actividades. Los más informados sabían que ayer era el día más importante de la Semana de la Movilidad y que el centro estaba cortado al tráfico rodado desde las 18:00 horas para que ciclistas y peatones pudieran disfrutar de un día sin coches.
La jornada comenzó con sorpresa para los viandantes. A las 12:00 horas, aproximadamente, se llevó a cabo una exhibición de baile en la Plaza Menéndez Pelayo. Fue una oportunidad de oro para llamar la atención de los melillenses y repartir panfletos informativos en los que se detallaban las actividades que se iban a organizar por la tarde.
A partir de las 18:00 horas, y pese a la insistente amenaza de lluvia, con el cielo totalmente encapotado, los ciudadanos se animaron a dar un paseo y comprobar en persona cómo lucía la Avenida sin coches. El resultado, un gran éxito de público, pues cientos de personas llenaron las calles.
Para todos los gustos
Desde luego, si algo había ayer en la Avenida Juan Carlos I era variedad. Melillenses de todas las edades pudieron disfrutar de las actividades organizadas. En la zona superior de la calle había toda una selección de juegos tradicionales para los más pequeños. Los más pequeños de la casa pudieron descubrir a qué jugaban sus padres cuando tenían su edad, como las chapas, el elástico, la comba y la rayuela. Eso sí, cada uno de ellos contaba con un monitor que explicaba las reglas a los niños más despistados. Como colofón, una especie de futbolín humano en el que había que mover la pelota a base de soplidos y un trivial urbano. En definitiva, una zona lúdica dedicada a los más jóvenes y que registró un gran éxito de participación.
Bailes y deportes
En la zona central de la Avenida la cosa adoptaba un cariz más deportivo. Se instalaron decenas de bicicletas de spinning para dar clases al aire libre, además de bancos de step y una plataforma de baile para hace un poco de zumba. Los ciudadanos se animaron a mover un poco el esqueleto. Incluso los más mayores se atrevieron a darle a los pedales para hacer un poco de ejercicio.
En la zona inferior de la calle, la más pegada a la Plaza de España, había juegos hinchables y un circuito para que los más jóvenes practicaran con los patines, la bici o, en el caso de los más atrevidos, con el skate. Los padres lo pasaron de lo lindo con lo niños aprovechando que había espacio de sobra en la calle para jugar y enseñarles a montar en bici y en patín.
Para redondear la animada calle, había zonas de relax muy sencillas, con un par de bancos cada una para descansar de tanto deporte y paseo. Además, en la Plaza Menéndez Pelayo se instalaron pantallas de televisión con información sobre los proyectos de peatonalización de las calles La Legión y Carlos de Arellano, así como de las plazas Héroes de España y Adolfo Suárez. De igual modo, había un pequeño stand con bicicletas.
En definitiva, todo un éxito que anima a repetir la experiencia en años venideros y supone un rayo de esperanza para los que defienden que la Avenida debería ser completamente peatonal. El tiempo dirá.