El general de División vuelve a Melilla después de tres años, “honrado” por su nombramiento. Se compromete a mantener la operatividad y profesionalidad de las unidades melillenses y “buscar los espacios de mejora”.
El general de División, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, tomó ayer posesión de su cargo en la Comandancia General de Melilla. El juramento tuvo lugar en el Salón del Trono en la sede de la Comgemel, mientras que en la Base Alfonso XIII se celebró una solemne parada militar para dar la bienvenida al nuevo comandante general. Durante el transcurso de los actos, autoridades militares y civiles y amigos tuvieron ocasión de saludar y felicitar a Díaz de Otazu, quien ya estuvo en la Comgemel de Melilla hace algo más de tres años. Ante los medios de comunicación, el general dijo sentirse “honrado” con su nombramiento y con su vuelta a Melilla.
Tras su destino en Badajoz y en la misión internacional en Guinea, Díaz de Otazu confesó sentirse “un privilegiado” al sumarse a la “lista de oficiales generales de prestigio y reputación para el Ejército y para la Nación” que han ostentado su cargo a lo largo de los años en la plaza melillense.
Objetivos y compromisos
Su compromiso profesional pasa por mantener la plena operatividad y preparación de las unidades militares que conforman la Comgemel. En este sentido, precisó que el Ejército es “una institución que realiza sus planes a largo plazo y en función de la demanda en cada momento, sin que haya nunca grandes cambios de orientación en todas las medidas”. No obstante, se comprometió a “mantener el elevadísimo nivel de eficacia profesional en el que está la Comgemel y buscar los espacios de mejora que puedan existir”, pues éste no deja de ser el objetivo común en todos los relevos de mandos en las unidades.
En su alocución durante la parada militar, Díaz de Otazu recalcó el estrecho vínculo de la sociedad melillense con las Fuerzas Armadas, que no tiene “punto de comparación” con otras ciudades o regiones españolas.
También recordó sus primeros pasos en la Brigada Paracaidista en Alcalá de Henares, hasta que hace tres años y medio ‘aterrizó’ en Melilla, como coronel. “No desvelo un secreto para la inmensa mayoría de los presentes si digo que la ciudad de Melilla deja un sello y un recuerdo imborrables en todos los que, por una razón o por otra, han tenido la fortuna de pasar en ella alguna etapa de su vida”.
El comandante general dedicó un capítulo especial a su familia pues le ha apoyado a lo largo de estos años de trayectoria profesional en todas las misiones y puestos de responsabilidad que se le ha encomendado. “El devenir de mi biografía personal y profesional no habría sido posible sin la compañía, comprensión y asunción de su parte de sacrificios y renuncias, en muchísimas ocasiones no precisamente pequeños, de mi esposa Fina y de mis hijos, Fernando y Leticia, a quienes rindo aquí, públicamente, homenaje de gratitud e insuperable afecto”.
La parada militar estuvo presidida por el teniente general jefe de la fuerza Terrestre del Ejército de Tierra, José Ignacio Medina, acompañado por el comandante general interino, Luis Martínez Trascasa, que ha sido el responsable de la Comgemel hasta la toma de posesión del cargo de Díaz de Otazu. En la tribuna también estuvieron el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda. Entre los invitados acudieron numerosas autoridades militares y civiles.
En la explanada estaban en formación una representación de todas las unidades de la Comgemel, que desfilaron frente a la tribuna presidencial.
De los soldados y mandos que componen las diferentes unidades militares de Melilla, el comandante general Díaz de Otazu destacó el “extraordinario conjunto humano de capacidades militares, individuales y colectivas, que me esforzaré en mantener en su actual nivel de eficacia y en la búsqueda de los espacios donde la mejora sea posible para permanecer en condiciones de prestar el mejor y más eficiente servicio a nuestra Nación”.
Díaz de Otazu terminó su alocución haciendo una petición a la Patrona de Melilla, la Virgen de la Victoria, de “amparo y cobijo para sus hijos en el cumplimiento de sus misiones como servidores ejemplares de la nación española, siguiendo la senda de todos aquéllos que, con su esfuerzo y sacrificio personales, han escrito, desde estas africanas tierras de España, páginas gloriosas para la construcción de nuestra nación y su continuidad a lo largo de los siglos”.
39 años de servicio a la Patria
El general de División, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, nació en Bilbao e ingresó en la Academia Militar de Zaragoza en julio de 1975. Al ascender a teniente, su primer destino fue la Bandera Roger de Flor I de Paracaidistas (Bripac). En la Bripac de Alcalá de Henares desarrolló gran parte de su carrera profesional. Entre 2008 y 2010 desempeño sus cometidos como jefe de Estado Mayor en la Comandancia General de Melilla y en 2011 ascendió a general de Brigada, siendo destinado a la Brigada de Infantería Mecanizada en Badajoz. En agosto de 2013 fue designado, a propuesta de España, por el secretario general de la ONU, como consejero principal del Presidente de la república de Guinea para la Reforma del Sector de Seguridad en dicho país hasta el pasado 8 de junio. Habla español, inglés y francés y tiene nociones de alemán. Es caballero de la Orden de San Hermenegildo. Cuenta con numerosas condecoraciones, en su mayoría en reconocimiento a las múltiples misiones internacionales en las que ha participado.