También critica el discurso del PP sobre política y religión y señaló que es conyuntural y electoralista. Emilio Guerra, coordinador de UpyD en Melilla, abundó ayer en las críticas de su partido contra el Gobierno local por el pago de facturas atrasadas que, tanto para los upedistas como para los grupos de la oposición en la Asamblea, deberían considerarse prescritas.
En su opinión, una administración “que extravía facturas, según reconoció el propio vicepresidente Miguel Marín –desde el año 2001- y unas empresas que se olvidan de reclamarlas –más de doscientos mil euros- cuanto menos deben alertarnos sobre que algo raro, anómalo e irregular está ocurriendo dentro de las dependencias municipales”.
Para Guerra, lo sucedido con las facturas atrasadas demuestra que “la administración Imbroda campa a sus anchas, en un escenario de impunidad que asusta”.
Además, censuró lo que llamó “el eterno discurso del acojono y del miedo”, haciendo referencia a unas declaraciones del vicepresidente primero del Gobierno local, Miguel Marín, sobre supuestas actuaciones de la oposición, que, en su opinión, “sólo se corresponden con una intencionalidad exclusiva del PP local para activar a sus afiliados más radicales, porque curiosamente, la palabra religión, sólo la esgrimen los populares”.
Y es que, según Guerra, Marín “debería estar más preocupado por la ideología de su partido que por la de las otras formaciones”.
Lo anterior, explicó, “porque el PP de Imbroda usa la campana para tocar a rebato cuando llegan las elecciones, movilizando sentimientos añejos del siglo XIX, cuando a lo largo de la legislatura se olvida de muchos de esos electores y practica una política de favoritismos con ciertos sectores musulmanes para ganarse sus simpatías y aumentar así su red clientelar”.