Acusado de un delito de lesiones, por el que el fiscal pide cuatro años de prisión, afirma que no golpeó a otro compatriota en la cabeza con una barra de hierro l La víctima no recuerda quién le pegó.
El Juzgado de lo Penal 1 celebró esta semana el juicio contra un ciudadano sirio acogido en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) acusado de un delito de lesiones, por su presunta participación en la reyerta que se registró el pasado día 21 de enero en la puerta del centro. En el altercado en el que intervino la Guardia Civil resultaron detenidos dos sirios. Uno de ellos se sentó en el banquillo de los acusados, pero negó cualquier tipo de implicación en los hechos, máxime porque le acusaban de haber golpeado a un compatriota en la cabeza con una barra de hierro. El procesado, de iniciales A.M., aseguró a la juez que aquel día regresaba al CETI acompañado de su hermana, tras realizar unas compras, y únicamente medió entre dos de los muchos sirios que se estaban pegando.
La víctima que recibió el golpe en la cabeza con una barra de hierro aseguró a la juez no recordar quién le había golpeado. Negó que participara activamente en la reyerta y únicamente recuerda que le golpearon por la espalda, perdiendo el conocimiento casi instantáneamente. Aseguró que estuvo tres días “aturdido” por el golpe recibido y no vio quién fue su agresor.
Otro ciudadano sirio, que declaró como testigo, aseguró que sí vio, durante el tumulto, a personas con diferentes objetos contundentes, pero dado que eran muchos los implicados en la reyerta, casi medio centenar, era imposible saber a ciencia cierta quién golpeaba a quién.
Uno de los vigilantes del CETI explicó que el conflicto se produjo en un primer momento dentro de las instalaciones. Al acusado y a la víctima, aseguró este vigilante, los vio salir al exterior, pero no presenció la agresión. Este testigo señaló que si se produce un conflicto dentro de las instalaciones, la primera medida es sacar del CETI a los supuestos alborotadores con el objeto de apaciguar los ánimos teniendo en cuenta de que en el centro hay menores de edad. Seguidamente, la pelea continuó en las inmediaciones del CETI hasta que llegó la Guardia Civil, explicó el vigilante.
La Fiscalía renunció al resto de testigos, otros sirios y vigilantes del CETI, y mantuvo su acusación contra A.M., al que pide cuatro años de prisión por un delito de lesiones. Por su parte, el abogado defensor consideró que la sentencia debe ser absolutoria, pues el acusado no participó en la pelea ni golpeó a nadie. Es más, dijo que su cliente también fue lesionado durante la reyerta incontrolada. El caso quedó visto para sentencia.