No hay nada más fácil que criticar a una empresa si supuestamente no cumple con las expectativas que depositamos en ella y máxime si esa compañía se dedica a prestar un servicio tan esencial para Melilla como es el transporte aéreo. Nadie se para a pensar que en cuestiones de vuelos, la seguridad de los pasajeros y de la tripulación del avión tiene que estar por encima de todo. Si las condiciones climatológica lo desaconsejan, lo lógico es que los vuelos se cancelen o que se retrasen; es muy fastidioso para quien tenía previsto viajar, pero es de sentido común.
No es justo culpar a la empresa por tomar una decisión que con absoluta seguridad solo busca lo mejor para los clientes. No se puede juzgar a la ligera porque es la compañía la primera perjudicada por ese tipo de resolución: mala imagen pública y un auténtico torbellino de protestas, reubicaciones y reorganización que en modo alguno la benefician.
Lo importante es que la empresa reaccione y haga esfuerzos por solucionar el problema. Y así lo hizo este pasado fin de semana, que, además, coincidió con el inicio de las vacaciones de Semana Santa, lo cual provocó que hubiera mucha más demanda de vuelos de lo que suele ser habitual. Air Nostrum reforzó el servicio para paliar las cancelaciones que hubo que determinar y así se lo ha reconocido el propio Gobierno de Melilla a través de su vicepresidente primero y consejero de Turismo, Miguel Marín.
Los melillenses no pueden cargar toda la responsabilidad sobre la empresa porque ésta solo busca hacerlo lo mejor posible para la ciudad y sus propios intereses, que pasan por cumplir estrictamente sus horarios y dar satisfacción a quienes le dan su confianza para viajar a la península. Es hora ya de mirar más allá y entender que si sufrimos estas cancelaciones y estos retrasos cuando hace mal tiempo no es por Air Nostrum sino por dos cuestiones fundamentales que les son ajenas: no disponer de una mayor pista, ni tener los sistemas de aproximación modernos que hagan factible el aterrizaje con un clima adverso.
Por eso es tan importante que el Congreso de los Diputados haya dado su visto bueno a la creación de una comisión técnica que evalúe la oportunidad de ampliar la pista del aeropuerto y dotarlo de mejores sistemas de aproximación. Ahora lo que hay que esperar es que ese estudio no se demore sine die y pronto podamos disponer de sus conclusiones.