Desde Cambrils, Vicente visita a su tío desde hace 44 años, conocido en Melilla como el soldado de los milagros. Acompañado de su mujer y amigas y la casa de Aragón, le han rendido homenaje en el día de los difuntos. "Para mí es un orgullo venir aquí a Melilla porque mi tío está aquí y veo a tanta gente que viene, lo que es una satisfacción". López explicó que cuando mataron a Benito, los padres de este no tenían dinero para llegar hasta Melilla y que más tarde, en el año 1975, un melillense fue a Cetina a la casa del hermano de Benito, donde le contó la historia de un soldado de ese mismo pueblo que estaba enterrado en Melilla. Este descubrió que se trataba de su difunto hermano, por lo que vino enseguida a Melilla.