Escobar destacó el importante papel que jugaron estas personas para llegar a la democracia
El PSOE y UGT celebraron ayer un año más el 1 de Mayo con un homenaje a los caídos por la democracia. Pasadas las diez de la mañana ugetistas y socialistas llegaron al cementerio de la Purísima para visitar las tumbas de algunos de los represaliados durante la Guerra Civil en nuestra ciudad. El acto comenzó algo más tarde de lo habitual, lo que obligó a acelerar el recorrido. No obstante, los asistentes tuvieron la oportunidad de recordar las trágicas historias de algunos de fallecidos, cuyos restos descansan en el Campo Santo local. El militante socialista Francisco Narváez fue el encargado de guiar la ruta y explicar cómo murieron algunas de estas personas, antes de animar a los asistentes a dejar un clavel rojo en señal de reconocimiento. Las sepulturas de los reconocidos estaban marcadas con una bandera republicana.
El secretario general PSOE, Gregorio Escobar, la vicesecretaria, Gloria Rojas, y el líder de UGT, Alonso Díaz, recorrieron algunos de los sepulcros de estos melillenses junto a otros militantes del partido y el sindicato, mientras Narváez recordaba cómo perecieron por defender sus ideales.
Escobar recordó que con este merecido homenaje pretenden recordar a todos aquellos melillenses que se comprometieron hasta su último aliento en la construcción y defensa de una sociedad libre y democrática y fueron perseguidos y asesinados precisamente por esto. El socialista aseguró que gracias a la lucha de estas personas, ahora podemos vivir en un estado de bienestar.
Narváez recordó que este acto de reconocimiento el 1 de Mayo se inició en Melilla antes de la Guerra Civil, pero se suspendió justo cuando comenzó la contienda, en 1936. El socialista aseguró que en aquel momento se inició un periodo de terror en Melilla que se saldó con 300 asesinados, cientos de personas que permanecieron años en el corredor de la muerte tras ser condenados y más de 3.000 personas en el campo de concentración de Zeluán. El socialista aseguró que los falangistas “sacaron de sus casas a muchos trabajadores, los asesinaron y los dejaron tirados en la calle”. En sus palabras hubo una mención especial para Diego Jaén Botella, detenido, torturado y expuesto en una jaula en el Parque Hernández, antes de ser fusilado. También hizo referencia a Manuel Tárrago Ramírez, que según su relato, después de ser asesinado, fue arrastrado a caballo por toda la Avenida y dejado en la puerta del Cementerio para que sirviera de ejemplo al resto de los obreros.
El militante socialista apuntó, además, que tras los asesinatos, comenzaron los juicios militares en los que según él, cientos de personas fueron condenadas “injustamente” a muerte. A partir de 1976, se retomaron las visitas al cementerio para recordar la memoria de estas personas, que dieron su vida por la libertad. “El único pecado de estas personas fue defender la libertad, la democracia y la igualdad entre todos los españoles”, aseguró.
Marcelino Macillas, presidente Juventudes Sociales (1933) y dirigente del Partido Comunista de España (1936), Pascual Llosa, maestro, Alfonso Sáenz Gutiérrez, capitán de Infantería y presidente de la Juventud de Unión Republicana, Cándido López Castillejo, presidente de Izquierda Republicana, José Andrada Mesa, fontanero y miembro de la UGT, Aurelio Solís, médico y concejal de Unión Republicana, Manuel Gómez Galindo, Carmen Gómez Galindo y José Gómez Galindo, hermanos y militantes socialistas fueron algunos de los nombres de las personas reconocidas ayer durante el acto en el que se recorrió el cementerio de la Purísima.