Los jóvenes hicieron ayer el segundo examen de la oposición. Aún tienen que superar tres más
Treinta aspirantes a bombero se presentaron ayer a las pruebas psicotécnicas de la oposición en nuestra ciudad. Tras una primera criba, en el examen físico celebrado los días 20 y 21 de julio, en el que participaron más de cuarenta personas, los que lograron pasar esta parte, optaron ayer por continuar con la lucha por hacerse con una de las plazas disponibles.
El examen de ayer era el segundo de las cinco pruebas que tendrán que superar los aspirantes para lograr su puesto. Una vez que se corrijan los psicotécnicos, tendrán que realizar una prueba de conducción, otra del callejero de nuestra ciudad y un examen teórico, además de la entrevista con el psicólogo. El orden en el que se realizarán las siguientes pruebas y las fechas de las mismas dependerá del criterio del tribunal encargado de evaluar a los futuros bomberos.
Los jóvenes que se examinaron ayer lucharán por conseguir una de las dos plazas de bombero-conductor que sacó a oposición la ciudad autónoma a principios de año.
Cabe recordar que los exámenes para Bomberos no han estado exentos de polémica. El partido de la oposición Coalición por Melilla (CpM) criticó que las pruebas físicas se realizaran justo en el mes de Ramadán, porque consideraba que esto suponía una discriminación para los aspirantes musulmanes. En un primer momento, desde la Consejería de Administraciones Públicas indicaron que lo más probable era que las pruebas se hicieran en septiembre, aunque aclararon que la decisión no dependía de la Ciudad sino del tribunal encargado de la organización de la oposición.
Finalmente, los exámenes físicos se realizaron los días 20 y 21 de julio, durante la última semana de celebración del mes sagrado de los musulmanes. Los cepemistas insistieron en que les parecía que los aspirantes no iban al ejercicio en igualdad de condiciones y pidieron al Gobierno local que para futuras pruebas tuvieran en cuenta que no se produjera una situación así. Además, consideraron ilógico que se celebrara la prueba en pleno verano, con temperaturas tan elevadas e insistieron en que no se trataba de una cuestión religiosa sino de abogar por que todos los jóvenes tuvieran las mismas oportunidades de aprobar.