El consejero responsable del área de Salud Pública, Mohamed Mohand, avanzaba ayer en rueda de prensa su intención del llevar al Consejo de Gobierno la propuesta de que Melilla solicite el estado de alarma. Para el consejero, la situación e la pandemia de coronavirus en la ciudad, que ayer sumo 25 nuevos casos activos, es lo suficientemente grave como para articular una medida tan drástica como es volver a unas restricciones similares a las del confinamiento.
Por su parte, el presidente de la Ciudad, que es quien decidirá en última instancia si se da este paso, mantenía ayer por la noche una conversación con el ministro de Sanidad, salvador Illa, para analizar las posibles medidas que podían tomar en Melilla para detener el avance de la pandemia.
Son los técnicos y expertos sanitarios los que deben exponer las mejores opciones que tiene la ciudad para capear esta segunda ola de contagios que esta golpeándonos con virulencia pero son los responsables políticos los que tienen que tomar la decisión más adecuada para velar por los intereses de la ciudadanía. Y deben tomarla de medida efectiva ya. Hemos pasado de una serie de ordenes que fueron rechazadas por la justicia y que no llegaron a aplicarse a la posibilidad, como deslizó De Castro de volver a un estadio similar a la fase 1 de la desescalada. Ayer, Mohand consideraba que lo mejor era decretar el estado de alarma. Todas las opciones pueden ser buenas, pero alguna debe ponerse en práctica.
Mientras tanto, el tiempo pasa. Los contagios se multiplican como nunca antes en la ciudad, el sistema sanitario empieza a resentirse y seguimos con las mismas normas sanitarias que tras el confinamiento, cuando no había contagiados en Melilla.
La situación es grave y no se puede esperar más, hay que hacer algo cuanto antes o lamentaremos todo el tiempo perdido entre medidas que no llegan a concretarse y decisiones titubeantes.