Responsabilidad, emoción y orgullo. Son tres de los sentimientos que ayer por la mañana desbordaron el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea.
Había muchos nombres propios, pero entre todos destacó, sobre todo, uno. El de Rebeca de Juan: la historia de su vida volvió a recordar a Melilla que, como dijo en la entrevista que ayer mismo publicamos en el especial elaborado por El Faro para el Día Internacional de la Mujer, “no existen límites para nosotras, podemos hacerlo todo”.
Pasaban las 10:30 cuando Rebeca de Juan, la primera bombera de Melilla, se alzaba con el Premio Lourdes Carballa, con el que el Gobierno regional reconoce anualmente a una mujer que haya luchado por la igualdad de género.
Un sueño contra casi todo
Ella lo ha hecho... con no pocos elementos en contra, pero guiada por la determinación de cumplir su verdadero sueño profesional y sentirse realizada.
Había, de hecho, estudiado Fisioterapia. Y de fisioterapeuta ejerció. Pero otra sirena sonaba en ella. Atendió aquella llamada, se preparó y ahí está. Con 30 años, Rebeca de Juan es la primera mujer que ha logrado acceder al Cuerpo de Bomberos de Melilla. Ha roto otro techo de cristal y, de paso, con más de un estereotipo. Ha abierto una puerta que, como dijo al recoger el premio, “parecía cerrada para una parte de la población”.
Ella no no lo tuvo, pero las niñas hoy ya pueden guiarse por otro referente. Otro más. Y se llama Rebeca de Juan, que ayer dio una lección de igualdad, otra más, frente a decenas de personas, entre ellas el presidente Juan José Imbroda, la viceconsejera Isabel Moreno, y la propia Lourdes Carballa, primera concejala de la democracia en Melilla. ¡Enhorabuena, Rebeca!