Uno de los momentos más emocionantes de este Miércoles Santo de Melilla ha sido cuando el capataz que dirigía el paso de palio de la Virgen de las Lágrimas ha acercado a las faldas del la imagen a un bebé, la “joyita” de uno de los portadores de la María Santísima de los Dolores. Así, con la pequeña en brazos, el capataz ha animado al portador y al resto de su cuadrilla a levantar el pesado trono de la Virgen ante la entrada de la Plaza de Toros de Melilla.