La Guardia Civil ha rescatado a dos migrantes que viajaban ocultos en dobles fondos practicados en un vehículo que pretendía acceder a Melilla por su principal paso fronterizo con Marruecos, uno de ellos una mujer que fue localizada tras los asientos traseros, y otro en el salpicadero.
En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha informado de que los hechos ocurrieron el pasado sábado 23 y, tanto la conductora como la persona que le acompañaba en el vehículo, ambas de nacionalidad marroquí, han sido detenidas como presuntas autoras de un delito de tráfico de seres humanos.
Los inmigrantes, ambos de 19 años y procedentes de Guinea, fueron localizados cuando el instituto armado procedió a la fiscalización de un vehículo con matrícula marroquí, cuya conductora "se encontraba bastante nerviosa" cuando el agente le pidió que detuviera el vehículo y abriera el maletero.
La Guardia Civil observó entonces que el maletero presentaba "unas dimensiones anormales" con el modelo de vehículo, por lo que abatió los asientos traseros y detectó una manipulación de la zona.
Una vez abierto el reposabrazos, una mujer fue localizada oculta, colocada de forma trasversal, en el interior del maletero, por lo que inmediatamente se procedió a su auxilio para sacarla del lugar donde se hallaba.
Tras continuar con el registro del vehículo, los guardias civiles localizaron un doble fondo situado en el frontal del vehículo, donde se encontraba oculto y ocupando todo el ancho del salpicadero el segundo migrante.
La liberación del hombre resultó más difícil debido al reducido espacio en el que se encontraba, entre el salpicadero y el motor y, además, estaba inmovilizado mediante ataduras, con la espalda y la cabeza entre las partes activas del motor.
Los dos inmigrantes estuvieron expuestos a los gases tóxicos que expulsaba el vehículo, por lo que presentaban síntomas evidentes de desorientación, sudoración, entumecimiento y dificultad para andar.
Los dos fueron atendidos por los servicios sanitarios en la frontera y posteriormente, en aplicación a la legislación vigente en materia de extranjería, fueron trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, que debido a la presión migratoria que sufre la ciudad tiene una ocupación superior al 60 % de su capacidad máxima, con más de 1.600 acogidos.