Para una parte de la población parece que todo sigue igual. Pero bien al contrario, la tasa de contagios, el repunte de positivos y el aumento de ingresos en el hospital vinculados al coronavirus constituyen una dura tarjeta de presentación. Dura y preocupante ante las semanas que están por venir.
La situación es delicada y la movilidad, amén del mayor contacto social, ha tenido estas consecuencias directas. Las que ahora padecemos y las que están por venir. Los sanitarios advierten de la situación crítica que puede sufrir Melilla, en donde ya se superan los 400 casos.
La toma de decisiones previas dan pie a unos resultados que nadie quiere, pero que tocará sufrir. Resultados que, además, pueden empeorar si una parte de la población continúa evitando las normas, burlando las situaciones adversas, creyendo que esto de la pandemia es un engaño.
Melilla puede mejorar si todos ponen de su parte y, sobre todo, si hay unificación de criterios a la hora de afrontar el peor de los momentos, en el que pueden sumarse los positivos con la situación de frío invernal registrada, lo que puede derivar en un aumento de casos de enfriamiento, catarros y gripe.
Cada parte de Ingesa arroja nuevos ingresos hospitalarios, tanto en Urgencias como en Planta y UCI. Son los casos más delicados de un sector afectado que va en aumento y que debe hacernos recapacitar para tener mayor control ante una situación que empieza, de nuevo y tristemente, a irse de las manos.