El centro de menores de la Purísima de Melilla baja por primera vez del máximo de su capacidad hasta los 293 menores de edad acogidos, según ha informado el viceconsejero de Menor, Abderrahim Mohamed Hammu. En una rueda de prensa, ha querido hacer balance de los dos aós gestionando el área, subrayando que recibieron el testigo con ganas de mejorar la situación con una mentalidad y con entusiasmo. "Con otros aires, otra manera de gobernar y gestionar menores y familia", dijo. En primer lugar, puso en valor el programa de educadores de calle, que duró seis meses y se contrataron a 44 personas. Relató que durante este periodo, el equipo ha dignificado lo que es encontrarse a menores y extutelados en situación de calle. Explicó que su principal objetivo ha sido convencer a los menores extranjeros sin hogar que ingresen voluntariamente en los centros, iniciar protocolos de actuación, iniciar la atención primaria; además de haber tenido una relación fluida y directa con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y disminuir el número de aquellos que acuden a los centros de salud al proporcionarles dicha atención primaria. "La labor del educador de calle no era solo el de atención y seguimiento, sino que abarcaban también el ámbito sanitario, el reparto de mascarillas, desayunos, comidas, bocadillos, ropa, calzado y asesoramiento jurídico y talleres", ha señalado. También ha tenido contacto con otras ONG y asociaciones, como Save t he Children. Un segundo elemento que ha subrayado el viceconsejero es la dignificación de los menores extranjeros, labor reconocida por el Defensor del Pueblo en su última visita a la Ciudad Autónoma y por la directora general de la Adolescencia e Infancia tras mantener una reunión con los directores de los centros que acogen a menores. Otro logro ha sido conseguir que más de 700 menores reciban formación a través de cursos y talleres ocupacionales, haciendo una apertura sincera de los centros al mundo exterior y se ha visibilizado la labor de estos-