Coincidencias evolutivas
El gran tamaño y la fisonomía tan peculiar del puercoespín crestado (Hystrix cristata) pueden hacer dudar de que estemos ante un roedor, pero en cuanto se observa con más detalle, muchos de los rasgos de su anatomía lo identifican claramente como perteneciente al orden Rodentia, el que engloba a todas las familias de roedores del mundo. Estos rasgos incluyen los incisivos muy desarrollados y adaptados para roer, una característica tan ligada a los miembros de este orden que les ha otorgado el nombre con el que se los identifica. Otro rasgo anatómico del puercoespín en particular y de la mayoría de los roedores en general son sus patas delanteras, pues la disposición de sus pulgares y el hecho de estar rematados con uñas planas les permite usarlas a modo de manos, tal como lo hacen los primates. Es un claro caso de convergencia evolutiva, pues los primates pertenecemos a un orden totalmente diferente, pero el hecho es que tanto para primates como para roedores, el poder usar las garras delanteras no solo para desplazarse sino para poder manipular alimentos y objetos ha supuesto una clara ventaja evolutiva con respecto al resto de especies competidoras.
Una defensa férrea
Pero el rasgo principal del puercoespín crestado son sin duda sus púas, verdaderas armas letales que cubren gran parte de su cuerpo y que saben manejar con destreza ante sus depredadores. Esas púas, que en realidad son pelos modificados, tienen un color acebrado, a franjas blancas y negras, bastante destacables, para avisar de su peligro. Cuando el puercoespín está tranquilo estas púas descansan en paralelo al cuerpo, pero cuando se siente amenazado unos músculos especiales despliegan estas púas en todas direcciones, lo que hace que aumente el volumen del animal, y las púas de su cola hacen un ruido característico parecido a una carraca; todo ello contribuye a afianzar el respeto de sus contrincantes. A su vez estos músculos agitan las púas e incluso hacen que algunas de ellas se desprendan; en conjunto es una defensa activa que logra disuadir a grandes depredadores como leopardos y leones, y si no proferirles dolorosas heridas que no pocas veces les provoca infecciones graves y hasta la muerte. Solo un sistema de defensa tan perfecto ha conseguido que este extraño animal haya sobrevivido con éxito hasta nuestros días, y su área de distribución se extienda hasta zonas del continente africano habitadas por grandes depredadores como los ya mencionados. Su forma de defenderse es activa, muy diferente de la del erizo moruno (Atelerix algrus), con el que convive en gran parte de su área de distribución, por cierto. A pesar de que el erizo moruno haya adoptado evolutivamente un modo de defensa similar, convirtiendo sus pelos en púas, su modo de defenderse es enroscándose para que sus púas hagan todo el trabajo defensivo, y adoptando por tanto una defensa pasiva. La gran diferencia de tamaño es una de las razones de la diferencia en el comportamiento, pues si el puercoespín crestado puede llegar a los 15 kilogramos de peso, el erizo moruno apenas pesa 900 gramos como máximo.
Otra característica del puercoespín crestado que no se puede pasar por alto, pues es la que le da el nombre específico, son los pelos largos que tiene sobre su cabeza y cuello, que se erizan en forma de cresta cuando algo altera su tranquilidad. Es una característica que lo diferencia del resto de miembros de la familia Hystricidae, los llamados “puercoespines del viejo mundo”, para diferenciar a los que se distribuyen por Asia, África y Europa de los del continente americano, el “nuevo mundo”.
Los puercoespines europeos
La distribución del puercoespín crestado es más que curiosa, y explica el hecho de que reciba nombres como “puercoespín europeo”, “puercoespín africano” y “puercoespín norteafricano”. El hecho es que se extiende por amplias zonas de África, tanto al sur del Sahara como al norte, pero también se distribuye por Europa, concretamente por Sicilia y toda la península itálica, alcanzando los Balcanes y el sur del Tirol. El origen de la presencia de este curioso animal en Europa ha hecho correr ríos de tinta, pues nadie es capaz de poner la mano en el fuego por ninguna de las teorías que intentan explicar su procedencia. El hecho de que hayan aparecido pocos fósiles de puercoespín en los diferentes yacimientos europeos de fauna en principio ha contribuido a la confusión, por la dificultad que entraña identificar de forma correcta una especie basándose solo en piezas dentales. Hoy en día, con el avance de los estudios paleontológicos, parece ya quedar claro que los puercoespines que habitaban la Europa continental se extinguieron antes de la última glaciación, hace decenas de miles de años. Eran dos especies con características muy similares a la del puercoespín crestado, pero bien diferenciadas: Hystrix primigenia e Hystrix refussa. El puercoespín que actualmente habita en Europa, Hystrix cristata, parece ser que fue introducido en tiempos históricos desde África por motivos relacionados con su caza, y muchas teorías apuntaban a que la introducción se produjo en tiempos de los romanos, pero en la actualidad parece confirmarse que la introducción fue muy posterior, en torno a los siglos XI y XIII. Lo cierto es que la adaptación de esta especie al clima europeo ha sido perfecta, como demuestra el hecho de que viva en biotopos tan diferentes como las laderas de montaña o las costas arenosas, e incluso las zonas agrícolas cercanas a poblaciones humanas. A pesar de su carácter foráneo, en Italia es una especie protegida por la ley y su espacio dentro del ecosistema está plenamente asentado y es ya indiscutible, como lo son el de la gineta y el meloncillo en la península ibérica, con el mismo origen africano que el del puercoespín.
Presencia histórica y actual
Hay otro país europeo que contaba con la presencia hasta hace muy poco de puercoespines, España, pero en este caso no eran introducidos sino que estaban en su continente original, porque estos puercoespines vivían en las ciudades de Ceuta y Melilla, situadas en el norte de África, en el área de distribución natural de esta especie. En Melilla se documentan avistamientos de esta especie en la zona norte del territorio hasta poco antes de que se hermetizara el perímetro de la ciudad con la valla fronteriza. El puercoespín pasó a ser una más de las muchas especies que dejaron de observarse en la ciuda a partir de la construcción de la valla, que afectó sobre todo al paso de mamíferos de mediano tamaño.
En estos últimos años también se ha rarificado su presencia al otro lado de la valla, en lugares donde antes abundaba, como la cercana costa occidental de la península de Tres Forcas, debido sobre todo a la caza y a la pérdida de territorio. Sus púas han mantenido a salvo a esta especie de los más peligrosos depredadores durante millones de años, pero ningún animal está a salvo hoy en día de nosotros y de nuestras mascotas. Si los expertos del ministerio de Transición Ecológica señalan a los perros de caza como una de sus principales amenazas tienen poderosas razones para hacerlo, y precisamente en el litoral de Tres Forcas, en los arenales de Taxdir, fuimos testigos de ello hace ya algunos años. En un lance de caza organizado previamente, ya que la ubicación de las presas era ya conocida de antemano, cazadores procedentes de Melilla introdujeron perros de caza en la guarida de la que era probablemente la última pareja de puercoespines en toda esa zona. A medida que los perros se atascaban se les ayudaba con picos y palas, hasta que se produjo el desenlace esperado, la muerte de todos los integrantes de la familia. El enorme agujero que quedó lo aprovecharon poco después los vehículos todo-terreno para llegar a esa zona hasta entonces inaccesible, y el antiguo cubil de los puercoespines se convirtió en una pista para probar la potencia de dichos vehículos. Todo un símbolo de los tiempos que corren para el medio ambiente local y para el mundial.
Como nota positiva, Marruecos también ha legislado para proteger al puercoespín crestado en todo su territorio para evitar su extinción, e incluso se están reintroduciendo ejemplares en algunos lugares donde previamente había desaparecido. Ya es tarde para los puercoespines de Taxdir, pero es un soplo de esperanza para los que aún viven en zonas tan próximas como los barrancos del Gurugú. El tiempo nos lo dirá.
