Juan José Sola. 40 años. Nacido en Melilla. Es jefe de la división de Sistemas Aéreos no Tripulados (UAS), lo que comúnmente llamamos drones, en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y ha ganado el premio Talento joven 2022 otorgado por el Colegio de Ingenieros Aeronáuticos.
Tiene un currículum extensísimo, no ha parado de trabajar desde que estaba terminando la universidad. Ahora colabora con algunas universidades como profesor impartiendo clases o seminarios. Es el representante de España de la Organización Internacional de Aviación Civil con sede en Montreal y, entre otras cosas, colabora con la Asamblea Plenara Internacional de las Autoridades Conjuntas de Reglamentación sobre vehículos de Aviación no Tripulados.
A pesar de su oficio, este melillense mantiene los pies en la tierra. Afirma que “es un honor” que el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos, le otorgue este premio.
Inicios profesionales
Juan José Sola salió de Melilla a los 18 años. Se fue a Madrid, en busca de un sueño que ya desde los ocho años perseguía. “Mi caso es un poco de manual”, explica “yo siempre quise ser ingeniero aeronáutico, lo tenía clarísimo. No quería ser piloto, como querían otros niños, ni quería ser controlador aéreo”. “Yo quería ser ingeniero aeronáutico”, afirma este melillense.
Sin embargo, con esta edad tan temprana, aún las cosas pueden cambiar mucho. No fue su caso, porque más adelante, con 16 o 17 años ya sí hay que decidir qué hacer. “Lo más normal es que con esa edad estemos muy perdidos. Nadie tenía muy claro lo que quería. Yo sí, lo tenía clarísimo y eso sí que fue una ventaja”, destaca.
Su trayectoria es amplísima. Antes de acabar la carrera ya empezó a trabajar en la universidad. Después, al acabarla, se cambió de sector y accedió a una consultora internacional, esta vez privada. De ahí, pasó a otra, esta vez nacional, que daba servicios de ingeniería al Estado. De esta, ya pasó a trabajar para la Administración. Todo esto, en un período de tiempo de unos 7 años.
“Esos fueron mis principios antes de pasarme al sector que estoy ahora, que es el sector que se dice de los drones, pero nosotros le llamamos técnicamente Sistemas Aéreos no Tripulados”, afirma como si fuera un paseo todo lo que ha hecho.
A Juan José se le ve muy seguro, es su trayectoria profesional y para él es su vida. Habla de ello con total naturalidad, pero no es nada fácil su sector. En este sentido afirma que “este tipo de carreras son de fondo”. Dice que su carrera tenía la fama de ser de las más duras que hay. Y las dudas aparecieron en varias ocasiones. “Hubo momentos de la carrera en la que yo llegué a plantearme dejarlo todo”, recuerda. Sin embargo, su determinación y ganas y su amor por la ingeniería hicieron que siguiera. “Con esa edad eres muy joven. Es muy complicado tener esa determinación”.
Enamorado de su tierra
No cualquiera gana un premio que otorga el Colegio de Ingenieros Aeronáuticos. Y, para conseguirlo, hay que sacrificar mucho. La familia, por ejemplo. Juan José viene a Melilla siempre que puede. Sus padres siguen viviendo en nuestra ciudad y el viene siempre que puede, además de que tiene contacto con mucha gente de nuestra ciudad.
Afirma que de Melilla le gustan muchas cosas. “Es una ciudad muy particular”, “hay poco como Melilla en el mundo”, destaca y dice que aunque él no es la persona con más experiencia en viajes, pero que sí ha recorrido unas cuantas ciudades del mundo, considera que Melilla es una particularidad.
Juan José es un enamorado de su ciudad. Según este melillense, Melilla “tiene un clima muy agradable, tiene buena gastronomía, tiene unas playas fantásticas y, yo creo que lo mejor que tiene Melilla es su gente”.
Sin embargo, hay cosas para él negativas de nuestra ciudad. La distancia y el aislamiento de la ciudad es una de ellas. “A veces envidio a mis compañeros que cogen un coche, van a Toledo y están en una hora en su casa”, lamenta. “También me gustaría que se la ciudad se protegiera un poco más”.
En este sentido, Juan José cuenta que desde la pandemia, cuando ha vuelto a nuestra ciudad, la ha visto un poco gris, un poco apagada, “Melilla es una ciudad fantástica que podría estar mejor”, considera.
Le encantaría vivir en Melilla. No lo duda ni un instante. Si tuviera las mismas oportunidades que tiene en otros sitios, cree que es un sitio muy bueno para vivir, “la calidad de vida que tiene es difícil de encontrar otro sitio”.
Referente en su tierra
Aunque él no se considere un referente, Juan José lo es. De hecho, uno de los objetivos de estos premios es crear figuras referentes para los propios jóvenes, por eso, Juan José cree que este tipo de premios servirá “para motivar a la gente”, teniendo como ejemplo las carreras como la suya, para que se animen a luchar por lo que quieren
“No sé si soy un referente en Melilla” expresa Juan José. “A veces ven el recorrido que tiene uno y puede parecer que las cosas han llegado sencillas. Llevo muchísimos años, he trabajado mucho y también he tenido mis fracasos profesionales”, explica.
Aconseja a todo el mundo que trabaje mucho por lo que quiere, “que las cosas no son gratis”, “les diría que pongan el listón donde quieran”. “Que si quieren algo, que vayan a por ello y que tengan claro, y que sepan, que el recorrido a veces, es difícil”.
Ser de Melilla no le ha supuesto tampoco ningún problema. “No hay limitación por venir de un sitio u otro. cuando estaba en Melilla no había ninguna referencia aeroespacial aquí. Yo salí, hice mi vida y empecé de cero.
A pesar de haberlo hecho, prácticamente, todo. Dice que todavía le queda mucho por hacer, profesionalmente y; aunque ahora, esté dedicado al tema de los drones, afirma que le apetecería volver a trabajar en temas espaciales que también le parece muy interesante.
Querido amigo Juanjo.
TE lo mereces todo. Mu grande eres¡