Hemos asistido con asombro a la denuncia de una joven musulmana de Melilla que el día de la fiesta grande de su religión, el Aid El Kebir, no pudo rezar en la mezquita del Mantelete porque sencillamente no había sitio para mujeres.
Que conste que no nos asombramos por el hecho de que el imam del Mantelete no hubiera habilitado inmediatamente un espacio para que la agraviada ejerciera el derecho a la libertad religiosa y de culto, consagrados en el artículo 16 de la Constitución Española. Nos asombramos de la naturalidad con que determinados partidos políticos han corrido un tupido velo sobre este asunto.
Vayamos por partes. Lo ocurrido en el Mantelete viola el artículo 6 de la Ley de Igualdad aprobada por los socialistas en marzo de 2007 y que define claramente lo que es una discriminación directa (en mi opinión, lo ocurrido lo es) de una indirecta.
1. Se considera discriminación directa por razón de sexo la situación en que se encuentra una persona que sea, haya sido o pudiera ser tratada, en atención a su sexo, de manera menos favorable que otra en situación comparable.
2. Se considera discriminación indirecta por razón de sexo la situación en que una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros pone a personas de un sexo en desventaja particular con respecto a personas del otro, salvo que dicha disposición, criterio o práctica puedan justificarse objetivamente en atención a una finalidad legítima y que los medios para alcanzar dicha finalidad sean necesarios y adecuados.
3. En cualquier caso, se considera discriminatoria toda orden de discriminar, directa o indirectamente, por razón de sexo.
Pues bien. Nadie discute que en el Mantelete discriminaron a Chaima Boukharsa, pero como la discriminación es religiosa, ni CpM y ni PSOE quieren meterse en ese embolado. Y reconozco que es complicado opinar al respecto porque lo ocurrido en la mezquita del Mantelete no es una excepción. Pero que sea una violación común no significa que la tengamos que respaldar como si fuera un dogma.
Las mujeres son discriminadas todos los días en la religión católica, que las relega a labores de limpieza y mantenimiento y concentra el poder en los hombres.
No es un pecado sólo cristiano. En la religión Yoruba (santería) está prohibido que las mujeres tiren la Letra del Año (predicción de lo que ocurrirá y consejos para prevenirlo) y cuando están menstruando no pueden presidir ceremonias religiosas.
En fin, que pasa en todas las casas pero eso no significa que tengamos que cruzarnos de brazos porque no hay nada que hacer.
Es una vergüenza que la Ciudad haya anunciado que compraría por 220.000 euros una mezquita (la del Mantelete) que discrimina a las mujeres. O sea, con el dinero de todos salvamos una institución religiosa que discrimina a una parte de nuestra sociedad.
Entiendo que después del incidente, desde CpM se hayan puesto en contacto con el imam del Mantelete para advertirle de que la compra queda paralizada hasta que solucione el problema de Chaima. Ella tiene derecho a rezar en un lugar de culto, mucho más si ese lugar de culto pertenece a la Ciudad Autónoma.
Somos de lo que no hay. Salvamos del desahucio a una institución religiosa que sin ningún sonrojo discrimina a las mujeres. Si Aberchán y compañía quieren salvar el Mantelete con el dinero de su bolsillo, que lo hagan. Pero no pueden obligarnos a todos los melillenses a ser cómplices de la discriminación femenina. No estamos en el Medievo ni esto es un asentamiento de kábilas.
Estamos en el siglo XXI y esto es Europa. Creo que hoy más que nunca es importante apostar por la desmarroquinización de las mezquitas de Melilla. No podemos pedirle a líderes religiosos formados en un país donde las mujeres no tienen los mismos derechos que en España, que decidan qué hacer ante situaciones complejas como la que vivió Chaima. Esto no pasa en la península y no puede pasar en Melilla.
Es el momento de que la Ciudad, dueña del Mantelete, anuncie qué medidas va a tomar para que lo ocurrido el día del Aid El Kebir no vuelva a pasar en esa mezquita. No podemos resignarnos a la violación de la Ley y la Constitución.
La oposición tiene que ponerse las pilas. No basta con manifestar su apoyo a la mujer discriminada. Hay que pedir responsabilidades y si hay que echar para atrás la compra del Mantelete o su cesión para uso religioso a la Comisión Islámica, se hace. Pero no podemos tolerar que en esta ciudad siga habiendo gente que crea que las mujeres somos ciudadanos de segunda. Ni hablar. Eso no podemos permitirlo.
Muy bien argumentado este caso por la articulista. La compra de esa Mezquita debería de paralizarse por completo. Intentamos recuperar la Muralla de Melilla la Vieja, se tiran varios edificios y cuando toca la Mezquita se para y se intenta dejar en donde está, pues no , si hay que expropiarse pues se hace , pues esa Mezquita es la que no tiene ningún valor arquitectónico , además más que una Mezquita parece un cafetín y además como se ha demostrado ahora,es pequeña y ni siquiera hay sitio para rezar puesto que lo hacen en la calle , señores del gobierno utlicen ese dinero en ofrecer otro lugar de culto más amplio donde sí haya espacio para las mujeres y derribar ese horrible edificio que daña tanto a la Muralla y más aún ahora que es símbolo de la discriminación hacia las mujeres.
En vez de derribar al monumento de Héroes de España que ya es historia pasada , derriben esta Mezquita que ahora en el presente sí está haciendo mucho daño a las mujeres o es que consideran que por ser mujer ya no importa esa discriminación.