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El agua es barata en Melilla y ése es otro de los motivos que incentiva el gasto desmedido
Las redes sociales están que arden con los cortes de agua que afectan, al menos, a vecinos de seis puntos de Melilla: Cabrerizas, Monte María Cristina, El Real, Las Palmeras, Tiro Nacional y Calvo Sotelo.
La queja más repetida es que los cortes se producen por las tardes en pleno mes de Ramadán y coincidiendo con el horario en el que las familias preparan la cena para la ruptura del ayuno o dan de comer y duchan a los niños.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, ha explicado a El Faro que no se han autorizado cortes de agua sino una reducción de la presión en un horario distinto al que se venía haciendo hasta ahora. En estos días las bajadas de presión se hacen por la tarde para respetar la noche, precisamente por la celebración del Ramadán.
Nunca llueve a gusto de todos. Es evidente que abrir el grifo a cualquier hora y que no caiga agua o sólo salga un hilillo molesta sea la hora que sea.
Detrás de los cortes de agua hay un gasto excesivo en la ciudad, al que es necesario poner coto con inspecciones o con inversiones porque a estas alturas nadie se atreve a asegurar que el consumo desorbitado viene de las viviendas ilegales con conexiones irregulares o, por el contrario, de las famosas fugas en el sistema.
El agua es barata en Melilla y ése es otro motivo que incentiva el consumo desmedido. Si a la gente le llegara una factura como la que llega cada mes en Murcia o en Baleares, se lo pensaba dos y tres veces antes de fregar con el grifo abierto. Pero ahí entra un factor decisivo: la calidad del agua, que tanto en la Región murciana como en Ibiza, Mallorca o Menorca, aún siendo muy mala, es infinitamente mejor que la de Melilla.
Los cortes de agua que denuncian vecinos de Cabrerizas, el Tiro nacional, Las Palmeras, el Monte, Calvo Sotelo y El Real no convierten a Melilla en una excepción. También pasa en algunos municipios malagueños en los que, por difícil que parezca, el agua es más mala que la de Melilla. Pero no es a ellos a los que queremos parecernos, sino a los municipios murcianos, que aún siendo zonas en las que el desierto avanza se han convertido en la huerta de Europa ahorrando agua y, sobre todo, formando a la población en hábitos de consumo responsable.
Tiene que haber otra solución que no pase por dejar a la gente sin agua en el grifo en pleno verano. Hay que estudiar más alternativas y poner varias opciones sobre la mesa. Necesitamos otra salida.