El comandante general de Melilla, César Muro Benaya, presidió ayer un emotivo acto en el que hizo entrega de una bandera de España donada por su Su Majestad el rey Juan Carlos I al centro docente La Salle-El Carmen. “La bandera de España es de todos, la que más queremos y la más sabia”, aseguró Muro Benaya durante su discurso en este emotivo encuentro con dicha comunidad educativa.
El acto comenzó antes de la llegada del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y del comandante general de Melilla. Así, los alumnos vestidos con los clásicos uniformes de La Salle, ‘amarillos y azules’, ocuparon en perfecto orden la plaza frente a la sede del colegio. Acompañándoles en este acto, un gran número de padres, tíos y hermanos que no se quisieron perder la oportunidad de verlos desfilar ante la bandera española.
Historia de La Salle
Con la entrada de las autoridades en esta plaza se dio comienzo a la primera parte de este acto, siendo la lectura de la transcripción de las crónicas de los hermanos de La Salle referente a la entrega de la bandera por Su Majestad el rey Alfonso XIII.
No es habitual, de hecho sólo este colegio puede presumir de ello, que el Rey envíe una bandera de España a un centro docente. Esto se debe a una serie de acontecimientos que pasaron hace unos 90 años.
En el año 1912 los hermanos de La Salle llegaron a Melilla y decidieron abrir un colegio para que respondiera a las necesidades de centros educativos de los que carecía la ciudad. En ese momento, habría entre 25.000 y 30.000 habitantes pero muy pocas escuelas. En el primer curso que abrió sus puertas ya contaban con 200 alumnos y muy pronto, las instalaciones se quedaron pequeñas. Por lo que tras la construcción del edificio en 1918, los hermanos se trasladaron al actual emplazamiento de esta institución.
Historia de la bandera
En 1909 Melilla vivió el ‘Desastre de Annual’, un conflicto que puso en serio peligro a la ciudad de Melilla, y debido al gran número de heridos de este enfrentamiento, los hermanos de La Salle optaron por hacer de este colegio un hospital y atender así a la población que lo precisaba.
Además, cuando vinieron el refuerzo de tropas desde Ceuta para recuperar el terreno perdido en el ‘Desastre de Annual’, también se encargaron, aún arriesgando su vida, de ayudar a los soldados a recuperar los cuerpos de los militares muertos en esta batalla, enterrarlos y rezar por ellos.
Por este acto heroico de los hermanos y por la prestación de ayuda, el rey Alfonso XIII les obsequió en 1929 con una bandera de España bordada por la Infanta Beatriz, que se entregó en un solemne acto en el parque Hernández.
Sin embargo, al estallar la Guerra Civil este símbolo español se perdió, por lo que hace un año, un hermano de La Salle y la directora del centro, Paulina Morala, pidieron al comandante general de Melilla que intercediera ante el rey Juan Carlos I con el objetivo de que de nuevo esta institución contara con una bandera cedida por su Majestad.
La entrega
La entrega de la enseña nacional donada por su majestad el rey Juan Carlos I comenzó partiendo de uno de los laterales de la plaza portada por dos militares ataviados con el uniforme de caballería de los años 20 y acompañados por tres alumnos del centro.
Una vez frente a las autoridades, la bandera fue entregada al comandante general de Melilla, quien por orden del Rey, debía ofrecerla a la dirección del colegio. Así, de nuevo fue a manos del reverendo gestor del sector y representante del visitador de los colegios de La Salle, Javier Cabrero Acebes, quien le pasó este símbolo a los alumnos, que despacio y con buena letra la insertaron en el mástil.
Un detalle del Rey
La Salle no sólo recibió esta enseña nacional, sino también el mensaje original de Su Majestad el Rey y una fotografía dedicada con motivo del próximo centenario de esta institución en la ciudad.
Además, el capellán del colegio procedió a bendecir la bandera antes de que fuera trasladada hasta el centro de la formación que los alumnos habían realizado frente al edificio y el resto de las autoridades de la ciudad, representadas por Imbroda y el director territorial del Ingesa, quien representó a la Delegación del Gobierno.
Recuerdos de niño
Muro Benayas ofreció un discurso a los presentes en el que explicó, sobre todo, a los más pequeños la importancia de la bandera española, y aseguró que para un militar como él, representar al Rey en un acto tan bonito como éste era toda una satisfacción.
Así, indicó que fue su abuelo quien le enseñó a amar esta enseña nacional .
Recordó que cuando tenía cinco años le compró un cuaderno y un estuche de lápices y le pidió que pintara lo que pintara dibujara también una bandera de españa en cada una de las hojas. De esta forma, una vez que finalizaba se sentaba en las rodillas y su abuelo le comentaba que todo lo que había dibujado al tener la bandera era español.
“Nuestra, querida y sabia”
Como ejemplo, explicó que si había pintado un barco, su abuelo se aseguraba que todas las personas que estaban dentro, les cayera bien o mal, eran españolas y por lo tanto “había que atenderlas”. De esta forma, aprendió que la bandera española era de todos.
Muro Benaya comentó que tenía un fuerte con indios y baqueros y que finalmente cambió la bandera americana por la española, aunque le gustaba más la primera. Para ello, su abuelo le convenció remarcando que él querría a su madre siempre, sin importarle si era guapa o lista, y que esto mismo tenía que hacer con nuestra bandera.
Por último, destacó una tercera enseñanza de su abuelo, la sabiduría de la bandera española. Indicó que por arriba y abajo está el color rojo, símbolo de la sangre y también del esfuerzo y la perseverancia, y en el centro el amarillo, muestra de la riqueza y el éxito.
Su abuelo le argumentó que para llegar al éxito siempre había que pasar por esforzarse y que si se intentaba por llegar por el lado del mástil, éste representaba a la policía que repartía palos, y que si se hacía por el otro, al sólo haber aire, cualquiera se caería.
Su importancia
Pero además, su abuelo le enseñó que las bandas rojas son la mitad que la banda amarilla por lo que “por muy duro que sea el esfuerzo, la recompensa es más grande”.
Muro Benaya también comentó el porqué era tan importante este acto y la propia bandera, puesto que La Salle es el único colegio que puede presumir de haber sido receptor de una.
Asimismo, contó al os chicos que hace muchos años un general se equivocó al instalar un campamento que más tarde fue atacado, provocando el ‘Desastre de Annual’. Un hecho lamentable de la historia en el que los hermanos de La Salle tuvieron un papel muy importante, al arriesgar sus vidas, por ayudar a los militares a recuperar los cuerpos y enterrarlos de estos soldados muertos en la batalla. Ésta fue la motivación de que el rey Alfonso XIII les enviara una bandera española en el año 1929.
Tras las emotivas y simpáticas palabras del comandante general de Melilla que atrajo sin duda la atención del público presente, se dio paso al hermano visitador, Javier Cabrero, quien reconoció su orgullo por hablar en este acto y destacó los valores del hermano fundador, San Juan Bautista de La Salle.
Homenaje a los caídos
Antes de finalizar el acto, un grupo de alumnos, hermanos y una profesora se encargaron de colocar una gran corona de laurel en un monolito como homenaje a los que dieron su vida por España, que dio paso al himno nacional y más tarde al de la propia institución.
Este acto finalizó con el desfile de todos los alumnos frente a la bandera española.
Mensaje de Su Majestad el rey Juan Carlos I
El comandante general de Melilla, César Muro Benaya, hizo entrega a la dirección del colegio de La Salle El Carmen del mensaje original que nuestro monarca adjuntó al envío de la bandera.
Así, en esta carta se recogen las siguientes líneas: “Enterado de la lamentable pérdida de la Bandera que en 1929 fue donada a vuestra institución por Su Majestad el Rey Alfonso XIII he dado instrucciones al Jefe de mi Cuarto Militar para que os Haga llegar una nueva Enseña que ocupe el honroso lugar de la anterior.
Al mismo tiempo os expreso mi más sincero agradecimiento por vuestra permanente labor educativa y de servicio en beneficio de nuestra juventud, de las Fuerzas Armadas y de España” (Firma Juan Carlos I Rey).
Además, Muro Benaya también les entregó una fotografía de nuestro monarca dedicada especialmente para ellos con las siguientes palabras: “Al colegio La Salle en el centenario de su fundación”.
Reconocimiento de la labor educativa durante casi un siglo
El comandante general de Melilla, César Muro Benaya, aseguró durante su discurso que el rey Juan Carlos I no sólo enviaba esta nueva bandera “recompensando lo que aquellos hermanos hicieron en aquella lejana guerra, sino también agradeciendo al colegio la permanente labor educativa y de servicio en beneficio de nuestra juventud, de las fuerzas armadas y de españa a lo largo de estos cien años”.
Por su parte, el hermano visitador, Javier Cabrero, insistió en su discurso en que más de 20.000 personas habían pasado por las aulas de este centro formándose en valores como la responsabilidad, la creatividad o la convivencia; además, de resaltar las enseñanzas a estos alumnos de la vida cristiana.
También comentó cómo el colegio se ha ido adaptando a los alumnos y a sus necesidades con el paso de los años, puesto que “son el futuro de este país”.
Cabrero finalizó su discurso apuntando que “hoy vuelve a casa la bandera de España, guardadla como tesoro preciado, y cuando la miréis, no olvidéis que hace muchos años hubo una comunidad de hermanos que fueron un ejemplo de caridad y servicio a nuestro país”.
Un recuerdo
Un grupo de hermanos y alumnos pusieron una gran corona de laurel en un pequeño monolito en homenaje a las personas que dieron su vida por España
Una enseñanza
El comandante general de Melilla explicó la importancia de la bandera a los pequeños, asegurando que su abuelo fue quien le enseñó a quererla
Lección de vida
“Por muy duro que sea el esfuerzo, la recompensa es mucho más grande”, declaró Muro Benaya
Desfile
Uno de los momentos más destacados del acto fue el desfile de todos los cursos de La Salle ante la bandera. Así, recibieron el aplauso de todos los familiares y conocidos que estaban presentes