Una vez que el conflicto fronterizo ha quedado sumido en la tregua y todos estamos expectantes ante lo que pueda acabar por sucederse con ocasión de la próxima visita del ministro de Interior a Marruecos, queda claro que nuestro particular escenario de tensiones varias –tal cual sucede con Melilla de forma recurrente y singular- se ha convertido hoy en día en un ring donde PP y PSOE han decidido medirse abiertamente. Será porque la actualidad informativa nacional sigue bajo cero, sin más tema nuevo que la imprecisa subida de impuestos con que nos amenaza el Gobierno Zapatero; será porque realmente el binomio Melilla-conflicto vende y mucho…pero lo cierto es que seguimos siendo objeto de pequeños especiales en todos los Diarios nacionales.
La visita de Aznar, sobredimensionada hasta el extremo, copaba ayer páginas y páginas en todos los rotativos españoles, inundaba Internet de comentarios y reacciones y era motivo opinable de una punta a otra del país. Por una vez, los socialistas aludían a Bush como ejemplo de lo que haría con el único fin de desprestigiar a Aznar. Para ver sólo hay que estar vivo, que dice el refrán, tan sabio y popular.
Pero lo anterior, siendo muy preocupante, en realidad no tiene punto de comparación con el tono de astracanada en que ha convertido el asunto el peculiar universo ‘Tele 5’. El ‘neorrealismo’ de ‘Sálvame’ proclamaba ayer que Aznar la había “liado parda” sin decir por qué más que por viajar a Melilla. En los comentarios, el análisis no pasó de si se había operado o no las bolsas de los ojos. Para remate, un toque gracioso de nuestro querido Golosina, que recordó como aquí lo sobrenombramos ‘Chuparquía’. Lo dicho, hay que estar vivo para ver porque la realidad siempre supera la ficción.
‘La Noria’, no se lo pierdan (le juro que no me ha pagado ‘Tele 5’ para hacerle propaganda, me obliga el detalle necesario para ilustrar lo que quiero trasmitir), desplazó ayer a Melilla a un equipo que se plantó en la rueda de prensa del presidente Imbroda, en la sede del Partido Popular. Es de esperar que la visita de Aznar se convierta en motivo de ‘sesudo’ análisis en la tertulia de Jordi González. Bueno, al fin y al cabo, como dice el refrán también, que hablen aunque sea para mal. Quien no existe porque no cuenta para nada es como si estuviese muerto y, a pesar de los pesares, es preferible que hablen de nosotros a que nos desconozcan o nos ignoren.
Pero lo triste en todo esto es que ese pugilato entre partidos, ese circo que se anda montando en torno a Melilla, obvia lo más crudo de todo el problema. Me refiero a la situación en la que trabajan en nuestra ciudad y especialmente en las lides fronterizas y no sólo en los pasos o fronteras, los cuerpos y fuerzas de seguridad, que siguen sintiéndose “olvidados” por parte del Gobierno nacional y que no ven respuesta a sus antiguas y recurrentes reivindicaciones.
Las agresiones a nuestras fuerzas de seguridad son tan sistemáticas como asumido y consentido por esos mismos partidos que ya no exista la mal llamada ‘tierra de nadie’. Y es que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y así vienen las madres mías.
Lo que ha sucedido no es cosa de circo, de astracanada ni de esperpento o parodia al estilo ‘Tele 5’; exige poner los puntos sobre las ies y hacer valer, por ejemplo, que somos una frontera europea y que la UE debe echarnos una mano para poner las cosas en su sitio y establecer métodos civilizados con ese vecino nuestro que además es socio preferencial de Europa.
Decía el dirigente del PP González Pons, en respuesta a una pregunta de mi compañero Marcos Rober, que se esperaba no tener que acudir a la Unión Europea para lograr lo que él mismo pedía, es decir, recuperar la tierra de nadie. Más que iluso se mostrada poco convincente si en realidad el Partido Popular pretende que alguna vez se haga respetar por parte de Marruecos la inexistente franja neutral, hoy zona caliente donde las haya y motivo principal de que la presión sobre nuestra frontera sea un caos incorregible.
El PP, que consintió achicar Melilla cuando el refuerzo de la valla fronteriza, de modo que la antigua alambrada militar y los viejos límites se perdieron por completo, propició también que esa verja sirva hoy en día incluso de tendedero a la gendarmería marroquí desplegada en casetillas a lo largo del perímetro de nuestra frontera terrestre. Es tan culpable como el PSOE de la situación que denuncia y no parece ver que sin el apoyo de Europa lo que hoy se exige no es más que un canto de sirenas. O, realmente, ¿creen ustedes que de otra manera, es decir, sin el debido apoyo internacional, vamos a recuperar alguna vez la ya inexistente tierra de nadie? Lo dicho, mucho circo y poco pan, menos todavía para nuestras fuerzas de seguridad.