Tras varios meses desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, las mezquitas de Melilla han abierto de nuevo sus puertas a los fieles musulmanes. Lo hacen este fin de semana, pero han esperado para poder acondicionar los templos a fin de que sean lugares seguros. Los lugares sagrados de otras confesiones de la ciudad se han acondicionado y han establecido unas normas higiénico sanitarias para poder abrir en la nueva normalidad, y las mezquitas también han hecho lo propio.
Los carteles pueden verse a la entrada de los templos y muchos desconocían que este sábado abrían sus puertas. Aunque tras consultar a algunas personas al rededor de la Mezquita Central, El Faro encuentra a Marzok, que comentó que tenían ganas de volver a acudir allí para realizar los rezos. "Menos mal, ya era hora, porque ha pasado mucho tiempo y esto ya es un poquito triste, porque la gente necesita hacer sus rezos y todo eso", explicaba este vecino del barrio, que al conocer la noticia comentó que sí iba a pasarse por la mezquita.
Lamia y su familia también lo harán harán pronto, y en cuanto a qué les parecen las medidas de seguridad la melillense cuenta que está conforme porque así "hay más seguridad para nosotros". Por su parte, Pedro, otro vecino cuenta que le parece bien que se produzca ya la apertura de los templos musulmanes: "Si se puede estar en las cafeterías en las calles y en la playa, sí se puede entrar en los centros religiosos a rezar el que tenga que ir a hacerlo".
Minutos antes de la oración la gente llegaba para informarse sobre estas nuevas medidas, que se basan sobre todo en el uso obligatorio de mascarillas y de la sajada, la alfombra individual para el rezo, que son elementos que deben traerse desde casa. Además, una vez en el templo, se deben mantener como mínimo un metro y medio o dos metros de distancia mínima social.
Entre otras medidas que se han tomado, además de poner cartelería con las indicaciones con las medidas sanitarias, es la retirada de la alfombra comunitaria, por eso se pide a los fieles que traigan su propia sajada de casa; también han colocado botes dispensadores de gel para que quienes entren a rezar puedan higienizarse las manos. Así, con nuevas medidas, abren las mezquitas de nuevo entrando de lleno en la fase de la 'nueva normalidad' tras la pandemia del COVID-19.