Las ciudades autónomas son realidades especiales en el mapa político y social del país. Son dos poblaciones queridas y defendidas por la mayoría de los compatriotas, pero desconocidas en gran medida. Extraña en el resto del Estado que si “España es diferente”, como anunciaba el fallecido Manuel Fraga para promocionar el turismo, Melilla y Ceuta lo sean aún más. Su sentimiento de españolidad, su respeto por los valores nacionales, su admiración por el Ejército, su variedad social, la pacífica y ejemplar convivencia de sus culturas... son elementos difíciles de encontrar en algunas regiones de España e imposible de hallar todos juntos en otro lugar que no sean Melilla o Ceuta.También, como en el resto de las zonas del país, perviven estereotipos referidos a ambas que no se ajustan a la realidad y que llevan a la confusión cuando se intenta comprender a las dos ciudades desde otra óptica que no sea la de las propias Melilla y Ceuta.
Sólo así se puede explicar el error del ministro de Educación al identificar los problemas en los colegios e institutos de Melilla y Ceuta con la “avalancha de marroquíes”. En esencia, José Ignacio Wert no estaba confundido en la explicación que sobre la situación de ambas ciudades facilitó a una diputada del PNV. Básicamente, el ministro vino a decir que las diferencias culturales y sociales en los alumnos, en especial las referidas al idioma y las costumbres, hacen muy difícil aplicar remedios genéricos a la Educación en Melilla y Ceuta. Y que la solución no pasa por el mero traspaso de competencias, sino que el problema requiere de una dedicación que en los últimos años no ha tenido por parte de los responsables políticos de turno.
A José Ignacio Wert se le puede perdonar que haya confundido musulmanes españoles y marroquíes. Basta con una simple disculpa para hacer borrón y cuenta nueva. En cambio, lo que resultaría imperdonable ni admitiría disculpa alguna sería que tras su paso por el Ministerio de Educación las escuelas e institutos de Melilla y Ceuta continuaran arrastrando los mismos problemas.