Un gran ambiente hay en Melilla por La Africana. No solo se siente el espíritu deportivo, sino la alegría de vivir la competición.
Desde muy temprano, los Legionarios recorrieron calles con la banda. Los niños y los padres salían de las cafeterías para verlos, antes de llegar a la Plaza de Las Culturas, donde animarían a los competidores.
Quienes no compiten, se encargan de animar a los participantes y darles fuerzas para terminar el recorrido.