Laura Segura es la jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género, una lacra que lejos de aminorar se incrementa día a día. Sólo en Melilla, en la actualidad, hay 235 casos asignados dentro del sistema VioGén, es decir únicamente los casos denunciados.
Para analizar esta situación hablamos con Laura Segura quien nos explica en qué consiste el sistema VioGén: “se trata de un sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género, de ahí que se denomine VioGén. Se trata de un sistema que depende del Ministerio del Interior, y que se puso en funcionamiento en el 2007. En lo que se centra esta iniciativa es en cumplir la ley orgánica 1/2024 respecto a las medidas de protección integral contra las mujeres. De este modo, aglutina a las instituciones públicas que tienen competencias en materia de género y de esa manera podemos tener información de cada caso de violencia de género que se denuncia”.
Muchas mujeres no se atreven a interponer una denuncia lo cual dificulta, posteriormente, los procesos a seguir en la posible condena del agresor: “en nuestro país una mujer que interpone una denuncia, o a través de la propia denuncia de la víctima por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se elabora un atestado policial y una entrevista. En función de la información que nos aporte la víctima se elabora una predicción de la probabilidad que tiene esta mujer de volver a ser agredida. Desde esa valoración inicial del riesgo que se evalúa se establecen una serie de riesgos claros que se oscilan entre los de riesgo bajo, medio, alto o riesgo extremo”.
En función de los riesgos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado establecen un Plan de Seguridad Individualizado, y una serie de contactos con las propias víctimas y las medidas de protección adecuadas.
“Lo que hace VioGén es emitir una serie de notificaciones automatizadas que las reciben, tanto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como a la propia Unidad de Violencia en función de aquellas situaciones de vulnerabilidad que el sistema detecte. Por ejemplo, notificaciones y alertas de situación de vulnerabilidad social o de riesgo de los menores que son, sobre todo, en aquellos casos donde los propios niños y niñas que sufren un riesgo importante de padecer esta violencia”.
La violencia de género es un tema que afecta a toda la sociedad, pero las instituciones cumplen un papel fundamental: “por ejemplo, un caso en el que se observa una situación de vulnerabilidad de la víctima, los servicios sociales especializados tienen que tener una actuación proactiva, ponerse en contacto con esa mujer y ver cuáles son las necesidades que se observan. También puede haber una situación de riesgo de los menores y desde Fiscalía se insta a las autoridades judiciales a adoptar una serie de medidas”.
VioGén es, en definitiva, un algoritmo que permite valorar un riesgo y adoptar decisiones”.
No es la primera vez que una mujer maltratada con anterioridad reanuda una relación sentimental con un agresor, pero, en este caso, dentro del sistema VioGén aparece como una nueva denuncia: “puede haber agresores que tienen cinco víctimas en el sistema. Entonces serían cinco casos distintos”.
La pasada semana, Melilla registraba 235 casos dentro del sistema VioGén: “sólo en Melilla estamos hablando de 235 casos, denunciados dentro del sistema. Esto es importante tenerlo en cuenta porque sólo un 20% de las víctimas denuncia. Además, no todos los agresores están bajo medidas judiciales porque puede haber casos, en los que la Justicia no ha considerado establecer unas medidas. Pese a ello, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen instrucciones de continuar teniendo a las mujeres en este sistema como medida de prevención y protección”.
La Ciudad Autónoma de Melilla contabiliza 235 casos activos y dentro de ellos, 190 disponen de protección policial a tenor de una sentencia judicial.
Hablar de características en la violencia de cénero es complicado porque “hay casos, rasgos y situaciones muy diversas. Tenemos mujeres de todas las edades, de todas las clases sociales, económicas y culturales. La principal característica es ser mujer y estar con un hombre maltratador. Ésa es la realidad. Sin embargo, hay algunos datos que sí podemos destacar, por ejemplo las edades, pero eso no tiene que ver con las características porque sólo estamos hablando de una pestañita relativa a aquellos casos que se han denunciado. Tenemos más mujeres que denuncian en torno a los 25 ó 45 años. Éste es el perfil que denuncia en mayor medida. Cuanto mayor es la edad de la mujer, más complicado que denuncie”.
La explicación es clara: “tardan más en verbalizar las situaciones de violencia de género. Sabemos que las mujeres a partir de los 55 ó 60 años es más complicado que denuncie porque la media en verbalizar, y reconocer un maltrato es de 8 años”.
¿Y qué sucede con las mujeres más jóvenes?: “hay chicas muy jóvenes en el VioGén de Melilla, me refiero a una media de dos o tres menores en el sistema, y aquí se incluyen a menores víctimas de violencia directa en cuanto a relación de pareja, pero también a los menores hijos de la víctima. Si tenemos en cuenta que el 80% de las mujeres que tenemos en el sistema son madres con una media de dos o tres hijos, el número de víctimas en Melilla es muy elevado”.
"En este sentido, hay que tener muy claro que el caso no sólo está asignado a la víctima. En el sistema se introduce cada uno de los menores que está a cargo de esta víctima. El número de personas que entra a formar parte del sistema de protección es mucho más amplio”.
Cuando hacemos referencia a la Violencia de Género hay que tener en cuenta que una agresión verbal también es considerada violencia. El problema es que, en este segundo caso, es mucho más difícil de demostrar: “en este momento, hay que tener claro que estas mujeres también están acreditadas como víctimas de violencia de género. Hasta hace poco se precisaba unas órdenes de protección, o una sentencia firme de Fiscalía, pero ahora tenemos otras opciones a la hora de entender que una mujer es víctima de violencia de género. Es lo que se conocen como acreditaciones de violencia. Las emiten los servicios sociales multidisciplinares que dependen de cada una de las consejerías en España, de los servicios sociales, igualdad y de los institutos de la mujer del resto de comunidades.
En el caso de Melilla, el centro de referencia es de Atención Integral a la Mujer que “puede acreditar una situación de violencia de género, independientemente de que la mujer haya tenido, o no, una sentencia condenatoria, haya denunciado, o no. Una mujer que no se siente con fuerzas para pasar por un procedimiento judicial, pero quiere salir de la situación de violencia accede igualmente a nuestros servicios especializados”.
Otro punto que quiere dejar claro Segura es que “la violencia psicológica siempre es las antesala de la violencia de género y permite esa continuidad cíclica de la violencia de género”.
Por otra parte, Laura Segura hace hincapié en el papel de la sociedad: “algo está fallando en nuestra sociedad para que una mujer sea asesinada cada seis días, pero no sólo eso sino para que en el sistema VioGén haya 80.000 mujeres, pero en 2023 denunciaron, sólo en España, 190.000 mujeres. Tenemos que preguntarnos qué falla en nuestro sistema, pero también en nuestra sociedad”.
Por sugerir algo, que pudiera mejorar el comportamiento de los que producen la “Violencia de Género”, que al parecer lejos de aminorar, se incrementa, al mismo tiempo que nos dicen, que los que padecen femicidio (feminicidio), responde a la presencia de un trastorno mental grave (T2), principalmente con sintomatología (esquizofrénico delirante bipolar), lo que nos indica, que para regular, la psicótica del sujeto, deberemos hacer algo que le impactara, que fuera algo más liviano, que los muchos otros remedios que me vienen y acuden a la memoria, como por ejemplo: LOS BAÑOS DE IMPRESIÓN, de la antigüedad próxima, donde cogían al sujeto, lo desnudaban y lo ponían sobre una sábana, que cogían de cada esquina (entre cuatro) y se adentraban en el mar y cuando estaban a una profundidad adecuada, lo sumergían en el agua del mar, varias veces, después se le secaba, se vestía y a correr. Y ya por otro lado la IMPRESIÓN hacia su remedio.
Por sugerir algo, que pudiera mejorar el comportamiento de los que producen la “Violencia de Género”, que al parecer lejos de aminorar, se incrementa, al mismo tiempo que nos dicen, que los que padecen femicidio (feminicidio), responde a la presencia de un trastorno mental grave (T2), principalmente con sintomatología (esquizofrénico delirante bipolar), lo que nos indica, que para regular, la psicótica del sujeto, deberiamos hacer algo que le impactara, que fuera algo más liviano, que los muchos otros remedios que me vienen y acuden a la memoria, como por ejemplo: LOS BAÑOS DE IMPRESIÓN, de la antigüedad próxima, donde cogían al sujeto, lo desnudaban y lo ponían sobre una sábana, que cogían de cada esquina (entre cuatro) y se adentraban en el mar y cuando estaban a una profundidad adecuada, lo sumergían en el agua del mar, varias veces, después se le secaba, se vestía y a correr. Y ya por otro lado la IMPRESIÓN hacia su remedio.