La Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza ha reforzado su estrategia de control de fauna en Melilla mediante el uso de cetrería, una técnica tradicional basada en el vuelo controlado de aves rapaces, que busca disuadir la presencia de especies como las gaviotas, que pueden interferir en la operativa aérea de la ciudad. La medida se aplica dentro de un plan mensual desarrollado en distintos puntos estratégicos del territorio, y tiene como objetivo mejorar la seguridad en las operaciones de entrada y salida de aeronaves en el aeropuerto melillense.
Esta actuación se lleva a cabo a través de la empresa adjudicataria “Control de fauna El Quinto”, especializada en el manejo de aves rapaces para la gestión ambiental. Según han informado desde la Consejería, se realizan vuelos diarios de cetrería aplicando la técnica conocida como “bajo vuelo”, consistente en el desplazamiento cercano al terreno de halcones entrenados que actúan como elementos disuasorios naturales para otras aves.
El Parque Forestal Juan Carlos I ha sido uno de los escenarios de esta iniciativa, sumándose a otros espacios en los que habitualmente se implementa el plan, como el cementerio, Melilla La Vieja o la Alcazaba. La elección de estos puntos no es aleatoria, ya que se trata de áreas donde suele concentrarse una importante población de aves, especialmente gaviotas, cuya presencia podría representar un riesgo para la aviación, en caso de aproximarse a las rutas de vuelo o las inmediaciones del aeropuerto.
El uso de aves rapaces como halcones para el control de fauna en aeropuertos no es una novedad en el ámbito internacional. Tal y como explican publicaciones especializadas como Inesalud, esta práctica se ha consolidado desde hace décadas como una de las soluciones más efectivas y sostenibles para prevenir los llamados bird strikes, incidentes provocados por la colisión entre aves y aeronaves, que pueden poner en peligro tanto a las personas como a las infraestructuras aeroportuarias.
La cetrería, además de ser una técnica milenaria reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, ofrece ventajas importantes frente a otros métodos de control de fauna, al tratarse de una medida natural, no invasiva y respetuosa con el medio ambiente. Las aves de presa generan una respuesta de huida instintiva en otras especies, logrando así una reducción significativa de su presencia en zonas críticas, sin necesidad de capturas ni medidas agresivas.
Desde la Consejería destacan que el trabajo se realiza de forma coordinada y planificada, evaluando previamente las zonas de actuación y adaptando los vuelos de cetrería a las necesidades específicas de cada espacio urbano o natural. Esta metodología busca equilibrar la protección de la biodiversidad local con la necesidad de garantizar la seguridad operativa de infraestructuras sensibles como el aeropuerto.
Además de sus beneficios inmediatos en la prevención de incidentes aéreos, el uso de estas técnicas también tiene un componente pedagógico y de sensibilización ambiental. La presencia de halcones en espacios urbanos despierta el interés de la ciudadanía y permite dar visibilidad a las acciones de conservación y gestión de fauna que se desarrollan en la ciudad.








