El Ministerio del Interior publicó las cifras de enero sobre entradas irregulares en Melilla, 438 personas. El dato es mejor que el que se registró entre el 1 y el 31 del mismo mes del pasado año cuando fueron 680, pero en ese periodo de 2018 se produjo un asalto masivo a la valla. Sólo en un día se contabilizaron más de 200 entradas irregulares. Si tenemos en cuenta que este enero no se ha producido ninguna entrada tan numerosa de golpe, los datos son similares a los del pasado año: unas 400 personas entran mensualmente en la ciudad.
La entrada irregular en España a través de nuestra ciudad se ha convertido en un goteo permanente, una media de 14 al día en enero, y además sorprende en contraposición con los datos registrados por Interior en Ceuta, donde el mes pasado entraron solo 70 personas.
Las situaciones de Ceuta y Melilla no son idénticas, la presión migratoria de los territorios adyacentes no es la misma, pero si es un buen espejo en el que mirarnos y la gestión de nuestra frontera no sale bien parada en la comparativa: 368 entradas más es mucha diferencia. Tal vez habría que ver como se está trabajando allí y extrapolar las medidas que pudieran funcionar aquí para disminuir una cifra que se antoja desmesurada.