El Gobierno marroquí aseguró ayer que no hay “ninguna suspensión” de relaciones con las instituciones de la Unión Europea en Rabat, pero sí una “llamada al orden”, como consecuencia de un fallo del Tribunal de Justicia de la UE (TJE) del pasado 10 de diciembre que Marruecos considera “injusto e incomprensible”.
La pasada semana, el departamento marroquí de Exteriores envió una nota a todos los ministerios ordenando congelar los contactos con las instituciones europeas en Rabat hasta que ese dictamen no se revierta judicialmente.
Ayer, el ministro portavoz del Gobierno, Mustafa Jalfi, sin hacer alusión directa a la nota de Exteriores, dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que no se trata de “ninguna suspensión” de relaciones, sino de “una llamada al orden que tiene por objetivo canalizar y preservar las relaciones con la UE”.