La Semana de Cine es una antigua iniciativa melillense que desgraciadamente se perdió en la noche de los tiempos hasta que hace dos años se recuperara con un nuevo y más indefinido formato que el predominante en sus orígenes, cuando hace ya un cuarto de siglo se ideó como expresión de nuestra multiculturalidad.
La nueva filosofía del evento carece de relación con la anterior y es una apuesta por traer a Melilla cine poco comercial y últimos estrenos de producción española. En esta su segunda edición, la selección de películas ha sido buena y también el programa de actos paralelos que, no obstante, con mayor y mejor publicidad hubieran logrado aún mayor aceptación del público.
Ente todas esas luces hay, sin embargo, una gran sombra: los problemas técnicos que impidieron ofrecer muchas películas con la debida calidad, hasta el punto de que parecían proyecciones de filmes pirateados. Un extremo que la organización del evento asume y se compromete a mejorar, como no podía ser de otro modo.