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El director del aeropuerto de Melilla, Joaquín Rodríguez, valora el simulacro que se desarrolló ayer
“Los principales fallos suelen estar en las comunicaciones entre los distintos medios que actúan en una emergencia”. Así lo explicó ayer el director del aeropuerto de Melilla, Joaquín Rodríguez, que atendió a los medios después de que en el aeródromo de la ciudad se realizase un simulacro. “Cuando intervienen tantos medios, las comunicaciones acaban siendo muy densas”, manifestó. El ejercicio pretendía poner a prueba la capacidad de respuesta de los diferentes servicios aeroportuarios.
Según Rodríguez, las fuertes rachas de viento interrumpieron en determinados momentos las conexiones, dificultando seriamente la comunicación entre los profesionales. No obstante, actuaron rápidamente cambiando de frecuencia. “Este tipo de experiencias se tienen en cuenta y la próxima vez sabremos que el canal dos no responde adecuadamente cuando corre mucho aire, y que lo preferible será utilizar el uno”, explicó.
Evaluación
A pesar de este incidente el director del aeropuerto hizo un balance positivo del accidente simulado que se desarollo en la mañana de ayer en el aeródromo. “Se han activado correctamente los efectivos, se han coordinados de forma eficaz y han atendido a los heridos”, señaló.
Tres fases
Rodríguez explicó que un simulacro está compuesto por tres fases:, la preparación, el accidente simulado y la evaluación posterior. “A partir de ahora comienza la tercera fase. Todos los colectivos que han participado hoy (por ayer) emitirán un informe donde se destaca el cronograma de actuación. Se detallarán las horas de llamada y las de llegada a la zona del accidente”, dijo.
Según el director del aeródromo, simulacros como el de ayer, que movilizó a más de 60 efectivos se realizan cada dos años, aunque aseguró que se desarrollan otros de menor envergadura, los llamados simulacros parciales, con mayor frecuencia.