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Aseguran que las instalaciones no cumplen los requisitos de seguridad ni están adaptados para personas con alguna discapacidad. Lamentan que traten a sus hijos como “escolares sobrantes”
Los padres de los niños que tendrían que acudir a las aulas para tres años de María Inmaculada lo tienen claro: si no se les ofrece otro espacio, no escolarizarán a los pequeños. Así lo explicó ayer en declaraciones a El Faro una de las madres de estos alumnos, que indicó que la mayoría de los afectados mantiene esta postura porque consideran que las instalaciones que les están ofreciendo no cumplen con las características necesarias para acoger a escolares de tan corta edad.
Los progenitores aseguran que no se cumplen las medidas de seguridad, que el patio es muy pequeño y las aulas de difícil acceso. Asimismo, indican que no están adaptadas para personas con discapacidad. Se sienten discriminados y consideran que sus hijo son “los niños sobrantes”. Así afirman que tienen los mismos derechos que cualquier otro escolar.
Los afectados, más de medio centenar, residen en la zona centro y por tanto les corresponden colegios adscritos a esta ubicación. Sin embargo, al quedarse sin plaza en los tres centros educativos de este distrito, directamente pasan a ser los futuros estudiantes del Gabriel de Morales. Mientras se construye este nuevo colegio, les corresponden las aulas de María Inmaculada primero y las prefabricadas más tarde.
Los padres reconocen que el colegio que se construirá en Gabriel de Morales cuenta con unas condiciones inmejorables, pero no les parece justo que hasta que estas instalaciones estén en funcionamiento sus hijos tengan que ir a clase en unas condiciones peores que el resto de estudiantes de Melilla.
Otras opciones
A pesar de lo que dice el director provincial de Educación, José Manuel Calzado, estos padres están convencidos de que sí existen otras opciones. Como ejemplo ponen cuatro aulas que estarían cerradas en el colegio La Salle y que fueron construidas para implantar el Bachillerato en el centro, algo que por el momento no ha ocurrido.
Ésta es una de las alternativas que barajan, pero no la única. Insisten en que están seguros de que la Ciudad y la Dirección Provincial podrían haber encontrado un espacio más adecuado y les piden que sigan buscando, algo que parece improbable que ocurra teniendo en cuenta que ya se han iniciado las obras en María Inmaculada.
Además de las características de las aulas, tampoco les convence el barrio donde estarían ubicadas, una zona que consideran que no es del todo segura para los pequeños.
En cualquier caso, estos padres lo tienen claro, si el Ministerio no les ofrece otra solución no escolarizarán a los niños, que no tienen que ir obligatoriamente al colegio hasta los 6 años. Señalan que no es la opción más deseada, pero recalcan que no están dispuestos a admitir que sus hijos acudan a clase durante varios meses en un espacio que no cumple con las condiciones adecuadas y que está situado lejos de su zona de residencia. No entienden que en todos estos meses los responsables políticos de Educación y Gobierno local no hayan podido encontrar una solución mejor a este problema y achacan una falta de previsión.