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Activistas sociales denuncian la falta de medidas institucionales y ciudadanas para ayudar a los migrantes
“Melilla es impactante toda”. Con esta frase resumen los fundadores de No Borders Films su breve paso por la ciudad. Esta plataforma audiovisual está formada por los catalanes Susana González, Natalia Isla y David Fernández, tres jóvenes activistas sociales que pasaron cinco días de la Semana Santa descubriendo los entresijos de la Frontera Sur.
Precisamente, la falta de atención de los menores extranjeros no acompañados fue uno de los puntos que más les llamó la atención: “Los menas sufren indiferencia y rechazo, incluso violencia, en Melilla”, concluyen tras haber hablado con alguno de estos jóvenes en El Pueblo. “Los africanos en el Gurugú tienen una situación que ya nos la imaginábamos, pero los menas nos han impactado por el desamparo que viven. Los menores no tienen una organización para vivir dignamente. Ellos no están en una montaña en Marruecos, están en una ciudad del Estado español con puerto, y las ayudas de las ONG son limitadas”, señala Fernández, y el equipo añadió que “tanto los del Gurugú como los menas tienen una situación que hay que solucionar”.
“El trato hacia los migrantes es inhumano,
sin respeto, déspota y prepotente”
Los menas “están muy estigmatizados. Se ha generado alrededor de ellos un discurso de que roban, que todos son malos. Entran en una rueda de rechazo de la que es difícil que puedan salir y se genera una autoestigmatización difícil de superar”, indica González.
El proyecto
No Borders Films tiene claro su objetivo: desarrollar un proyecto en vídeo que muestre la situación de los migrantes y los derechos humanos en la frontera de Melilla con Marruecos para darlos a conocer, sobre todo en las redes sociales, y fomentar la movilización ciudadana. Sin embargo, al llegar a la ciudad se encontraron con otras situaciones y realidades inesperadas: menas, CETI, porteadores y discriminación institucional, temas que, en muchas ocasiones, convergen y se entrelazan para dar forma al día a día de Melilla.
Otro aspecto que destacan, especialmente Isla, es el “tema del racismo, ligado a la indiferencia” por parte del “funcionariado policial”. Isla tuvo que acudir durante su corta estancia en la ciudad a una comisaría a realizar unos trámites con el pasaporte y observó “el tipo de trato de los policías hacia los migrantes, un trato súper inhumano, sin respeto, sin predisposición de entendimiento, déspota y prepotente”, algo que “corroboraron otras chicas melillenses”, que se encontraban en comisaría con Isla. A ello González añade “los contrastes que hay entre un bar pijo donde sirven cócteles al lado de menas buscándose la vida entre las rocas”.
Frontera
Los miembros de No Borders Films lamentan no haber podido pasar más tiempo en Melilla para poder profundizar en todas sus peculiaridades. “Hemos estado pocos días y hemos conocido la situación de forma superficial”, comentan. Estos tres activistas coinciden en que “el control de fronteras sólo genera desigualdad y pobreza” y lamentan la explotación de países pobres por parte de otros con más recursos que les niegan el asilo que muchos migrantes económicos demandan.
Los refugiados de Calais, el inicio de su trabajo
No Borders Films se creó el año pasado con el desarrollo de su primer trabajo, una serie de vídeo reportajes sobre los campamentos de refugiados instalados en Calais (Francia). Susana González, Natalia Isla y David Fernández aprovecharon sus días libres, también en Semana Santa, para ver qué pasaba en ese campo, cómo se organizaban las personas instaladas en él y plasmar las vulneraciones de los derechos humanos que se suceden. Debido a la gran cantidad de material recogido, decidieron difundirlo a través de las redes sociales Facebook, Twitter y YouTube. Para ganar impulso, empezaron a colaborar con Punt de Suport Migrants, una organización que ayuda a solicitantes de asilo.