Regiones como Barcelona se han dado cuenta de lo importante que es tener quioscos en la ciudad y por ello, desde el Ayuntamiento se han lanzado diferentes medidas para no perder estos establecimientos, a diferencia de las iniciativas que se han llevado a cabo desde la CAM para intentar solventar las reivindicaciones de los kiosqueros de Melilla, las cuáles provocaron algunos avances pero aún así, la situación de los mismos se encuentra muy cerca de sus límites, tras haber sufrido una paralización del 50% de su facturación y haber sido uno de los sectores más afectados por la pandemia del covid-19.
Por ello, El Faro se ha trasladado de nuevo a los diferentes quioscos de la ciudad para saber de primer mano cuál es la situación actual de este gremio tras la nueva normativa.
Prensa nacional
Una de las medidas que se han planteado desde el Ayuntamiento de Barcelona ha sido la modificación de los porcentajes del espacio que los diarios y las revistas ocupan en los quioscos de la ciudad, pasando del 80% a un mínimo del 51%, con el objetivo de ir hacia un modelo "más sostenible y viable económicamente" manteniendo la venta de publicaciones como "actividad principal".
En cambio, en los kioscos de Melilla, la situación con respecto a la prensa escrita sigue exactamente igual, ya que sigue sin llegar prensa nacional debido a "los gastos que significa traer los periódicos desde la Península.
"La situación con respecto a la prensa está fatal desde hace muchísimos años y solo podemos vender prensa de Melilla. Las ventas están cada vez peor, porque literalmente no se vende nada", dice Pedro que además señaló a la parte de abajo del mostrador y aseguró lo siguiente: "Ves como está todo esto, está completamente vacío. Antes estaba lleno de prensa, de juguetes y de muchos productos pero es que ya no se vende nada, entonces de que nos sirve".
"Además hay que pagar un coste elevado antes de vender la prensa, nada más que te llega y así es más difícil todavía", cuenta Pedro.
En cambio, Alfonso aseguró que esto no ha sido un problema para él y dijo lo siguiente: "Es verdad que en mi caso creo que eso es algo que cada vez nos estaba afectando menos porque a la misma distribuidora le salía muy caro traer toda la prensa nacional hasta aquí en avión y además cada vez se estaban vendiendo menos periódicos porque cada vez se veía todo más digital, entonces no me ha afectado demasiado", explicó de forma detallada Alfonso.
Ampliación de la licencia
Una de las principales medidas que se llevó a cabo desde la Ciudad Autónoma fue la ampliación de las licencias de los kiosqueros ya que en las últimas semanas del año anterior, uno de los grandes debates que se generó fue la duración de la licencia vigente de los kiosqueros y sobre todo, la subasta que se iba a realizar de todos los kioscos, una vez se ha haya llegado al final del periodo de dicha licencia y no se haya llegado a un acuerdo de renovación con la Administración.
"Aquí llevan compañeros de profesión más de 20 años con su negocio y al corriente de todo, entonces de qué subasta me están hablando por dios, si más no podemos hacer", señala el comerciante Alfonso en ese entonces.
Por suerte, a principios de 2023, los kiosqueros melillenses consiguieron que sus reivindicaciones sean tenidas en cuenta por la Ciudad Autónoma y, en ese sentido, el Pleno de la Asamblea aprobó el nuevo reglamento de espacios públicos que les permitirá ampliar en 10 años más las concesiones de sus establecimientos.
A partir de la entrada en vigor de estas normas, podrán disfrutar de 10 años más, extendiéndose hasta 25 años el período total.
Por este motivo, el kiosquero Pedro es consultado de nuevo tras el acuerdo con la Ciudad y comenta que no tenía ningún sentido todo lo que se generó porque "estos kioscos son nuestros de toda la vida y no nos lo podían quitar así como así".
Algunos progresos
En ciudades como Barcelona, en los 296 kioscos que se encuentran abiertos actualmente, el 80% del espacio estaba destinado a exponer diarios, revistas y otras publicaciones y estaba la posibilidad de destinar el 20% del resto en venta de otros productos, como loterías, 'souvenirs', regalos, tarjetas de transporte, entradas o recargas de móviles.
Con los cambios, el porcentaje para diarios y revistas baja a un mínimo del 51% y se amplía hasta el 49% para vender otros productos.
Ahora bien, dentro de las medidas que se acordaron entre la Ciudad y los kiosqueros de la ciudad en el última reunión y que ya son oficiales, se han producido algunos avances interesantes para tras sus peticiones como son la posibilidad de vender en sus kioscos las entradas a los distintos evento que se organicen en la ciudad, dispensar bebidas no alcohólicas, tarjetas y recargas de móviles o repartir información turística.
Igualmente, algunos de ellos, como Mohamed sigue denunciando las trabas que existen para la venta de tabaco."Te obligan tener una licencia solo para vender tabaco, con los impuestos convenientes y te hacen comprar una máquina homologada que cuesta en torno a 2.000 euros, es decir, completamente inviable para nosotros".
Soportes publicitarios
Sin embargo, un aspecto importante que no ha cambiado tras el último convenio ha sido el soporte publicitario, ya que sigue sin estar permitido el soporte publicitario en los quioscos de Melilla, algo que es muy común en los kioscos de la Península, los cuáles colocan publicidad en los laterales del local.
"Los ingresos que estamos perdiendo todos los kioscos de Melilla por la imposibilidad de poner publicidad en nuestro local es muchísima, aquí estamos completamente atrasados también en ese sentido y es totalmente incomprensible".
"Me han venido muchas empresas, y seguro que ha ocurrido con más kioscos que llevan más tiempo que yo, para promocionar sus productos o colocar el cartel cuando se estrene una película, pero nada de nada", dijo Mohamed, que además añadió lo siguiente: "En mi opinión es una auténtica tontería que no nos dejen poner publicidad y es un fastidio para todos nosotros".
Al igual que opina Pedro con respecto a este tema: "El único cartel que tengo es el de Nestle, de los helados y ni siquiera se venden porque el ambiente que hay en el Parque Hernández es muy poco y si en el Carrefour o en Mercadona lo venden más barato pues no hay nada que hacer", confesó Paco, que además dijo lo siguiente que la publicidad les ayudaría muchísimo tanto a él como a todos mis compañeros, pero es una norma absurda más que nos coarta y les afecta desde hace años.
Situación límite
Por lo tanto, a pesar de algunos avances que se lograron en el último acuerdo con la Ciudad Autónoma, la situación de los kiosqueros sigue en un momento muy crítico, hasta tal punto que los dueños de los negocios solo piensan en cubrir los gastos y dejar el kiosco a otra persona, como es el caso de Pedro.
"Yo estoy haciendo todo lo posible para irme de aquí y dejarle el negocio a otro familiar porque estoy muy quemado", confesó el hombre que además quiso explicar lo siguiente: "Me levanto y no tengo ni ganas de venir a trabajar sinceramente, pero es que no puedo hacer otra cosa, porque tengo que abrir el kiosco e intentar vender lo máximo posible porque todos los meses hay que pagar, no hay más vuelta de hoja".
Asimismo, quiso pedir ayuda para todos los kiosqueros de Melilla. "La gente no colabora nada con los kiosqueros, de hecho ni siquiera las asociaciones que se han creado no están ayudando y así no se puede seguir, a este ritmo no se hasta que punto llegaremos", recalcó Pedro.
Por su parte, Mohamed ve muy oscuro el futuro de los kioscos en Melilla tras la poca preocupación por parte del Gobierno local y lo tuvo muy claro. "La única solución que veo para todo esto es juntarnos y hacer presión contra la Administración porque estamos completamente explotados y lo que ganamos ahora mismo, solo es para sobrevivir y nada más. Nos limitan muchísimo. Es muy triste pero es así", concluyó.
Porque la ciudad autónoma ,no le ayuda a los kiosquero con el pago mensual del sitio que ocupan estos ,como le ha ayudado a la hostelería con sus terrazas.