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Fiambreras, grandes hamacas y sillas plegables, todo parece poco para pasar un día en la costa
La playa es uno de los pasatiempos favoritos de los melillenses. Aunque en la mañana de ayer el día amaneció nublado, muchos no dudaron en trasladarse a su arenal favorito para darse un chapuzón.
Fiambreras, neveras portátiles, grandes, hamacas y sillas plegables, todo parecía poco para pasar un día cómodo en la playa. Los grandes expertos en la materia son bautizados popularmente como ‘domingueros’. José es uno de ellos. Explicó en declaraciones a El Faro que cada domingo se reúne con familiares y amigos en La Hípica. Cuenta que a veces hay hasta 18 personas bajo la pérgola que monta siempre en el mismo sitio. “Nos solemos poner al final de la playa. Aquí tenemos más espacio porque no hay sombrillas y no molestamos a nadie”, explica.
Asegura que pasan todo el día en la playa, pero que al final de la jornada la dejan tan limpia como se la encontraron. “Estamos muy concienciados con el medio ambiente y recogemos toda nuestra basura”. El problema está, según José, en los jóvenes que visitan el litoral por la noche. “Las parejitas jóvenes vienen después de la jornada de baño y no recogen sus desechos. Luego nos echan la culpa a nosotros”, lamenta. Por ello, insiste en que todos los ciudadanos deben colaborar para mantener la costa limpia.
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A escasos metros de José y su familia se encuentran Antonio y Encarni. “Hemos venido con nuestros hijos y nietos”, señala Antonio, mientras su mujer corta rodajas de queso para los más pequeños. Sobre la mesa hay embutido, patatas, empanada y hasta unos langostinos. A pesar de que ayer fuese domingo, el despertador de Antonio sonó muy temprano. “He venido a las 6:45 horas para montar el toldo” explica.
Francisco, otro bañista no empezó a montar su ‘chiringuito’ hasta las 12:00 horas. En escasos minutos monta una pérgola de loneta para dar cobijo a sus familiares. “Los pasos para el montaje están enumerados, por lo que no tardamos mucho”, indica. Dice que le encanta venir a la playa porque sobre todo los niños disfrutan del mar. Encuentran en la costa un enorme campo de juego sobre un elemento tan lúdico y maleable como es la arena.