Según los datos de las inspecciones de Consumo de Bienestar Social, este tipo de establecimientos fueron los que presentaron un mayor número de incidencias.
La Consejería de Bienestar Social ha hecho público el resumen de actuaciones de Inspección e Información de Consumo referente al primer semestre del 2011, según los cuales los comercios minoristas de alimentación fueron los que más irregularidades presentaron entre enero y junio del presente año.
Dentro de la campañas realizadas por la Dirección General de Sanidad y Consumo, este tipo de establecimientos registraron un número de incidencias ‘alto’, tanto en lo que se refiere a la venta como al envasado de alimentos.
Según los documentos facilitados por la consejera de Bienestar Social, Mª Antonia Garbín, entre enero y mayo se realizaron trece inspecciones en autoservicios y tiendas tradicionales de estas características.
El resultado fue que en once de ellas se detectaron irregularidades referentes a la disposición y condiciones en las que se encontraban los alimentos, como que éstos estaban directamente colocados sobre el suelo, que las trastiendas no reunían las condiciones para su correcta conservación, existencia de alimentos al alcance del público sin el cartel de ‘No tocar’, ausencia de información de los productos expuestos para su venta a granel, carencia de recipientes estanco para la basura e inexistencia de indicaciones para los precios de venta por unidad de medida.
Además, también se informó de varias irregularidades relacionadas con el personal de estos negocios, como que no acreditaron su aptitud para manipular alimentos y que no disponían de las ropas necesarias para su trabajo.
De manera paralela, y enmarcada en la campaña a nivel nacional para el control de los aspectos esenciales y básicos de información al consumidor en ‘Productos envasados por los titulares del comercio minorista’ también se informó de varias irregularidades localizadas en una serie de controles realizados entre abril y mayo de este año.
En esta ocasión, se reportaron problemas referentes a la información ofrecida al consumidor en los productos envasados por los titulares de comercios minoristas, aunque también los hubo relacionados con la carencia de información sobre el etiquetado, la lista de ingredientes de los productos, la identificación completa del envasador y el precio por unidad de medida.
En este sentido, el nivel de incidencia fue considerado ‘alto’, ya que el cien por cien de los comercios inspeccionados presentaba irregularidades.
También se realizaron otras campañas de control, aunque estas se saldaron con incidencias más bajas. En el caso de la inspección local de Etiquetado, Composición y Seguridad de los Productos Textiles, se encontraron problemas en ocho comercios de catorce inspeccionados.
En cuanto al tipo de deficiencias que presentaban, estaban relacionados con la ausencia del etiquetado obligatorio sobre la composición de los artículos expuestos y la del precio a la vista del público.
Esta campaña se realizó en dos fases por parte de Bienestar Social; una informativa, con la difusión de varios trípticos sobre los derechos del consumidor y las obligaciones del empresario y otra de control, durante la cual se inspeccionaron 20 establecimientos, diversificando las intervenciones en catorce comprobaciones de etiquetado, tres tomas de muestras reglamentarias y tres requerimientos de documentación mercantil de origen.
Las rebajas, con baja incidencia
Además, también tuvo lugar durante enero y febrero de este año una campaña de control sobre el correcto cumplimiento de la normativa en periodo de rebajas, el cual se saldó con un nivel de irregularidades mínimo.
No obstante, si se detectaron algunos problemas en lo que se refiere a la acreditación que avale el origen de los productos, así como la ausencia de indicaciones sobre el periodo de rebajas. No obstante, en el informe de Sanidad y Consumo se especifica que las irregularidades detectadas fueron corregidas en el momento de las actuaciones con la entrega de la documentación pertinente en las dependencias inspectoras.
De igual modo, se está llevando a cabo una campaña similar para las actuales rebajas, la cual por el momento ha tenido un número de incidencias mínimas. Esta iniciativa, de nivel nacional, controla que los vendedores hagan entrega al consumidor del correspondiente justificante en caso de que desee ejercitar su derecho a la reparación y sustitución del producto adquirido.
Con la vista en Navidades
La documentación aportada por Garbín a los medios de comunicación también recoge que a lo largo de los próximos meses se realizarán varias campañas más, siendo la más importante la de control sobre la seguridad de los juguetes de navidad, que constará de una parte informativo y de otra de toma de muestras reglamentarias.
También hay actualmente en marcha una que finalizará en el mes de noviembre y que afecta a aquellos establecimientos, ya sean de medicina estética o no, que incluyan entre sus prestaciones de servicios la depilación láser.
En este sentido, se comprobará que la información y publicidad proporcionada sea veraz, que los contratos realizados cumplan con la normativa, poniendo especial cuidado en las cláusulas abusivas, la entrega de justificantes de pago por los servicios prestados y, dado los riegos para la salud de la fotodepilación, se comprobará que las máquinas utilizadas dispongan de placa identificativa y de la información necesaria para el consumidor en un lugar visible.
Desde que comenzó el año se puso en marcha una red de alertas para notificar y localizar aquellos productos inseguros para el consumidor.
Así pues, durante el primer semestre del año se retiraron del mercado diversos productos, la mayor parte de ellos juguetes y artículos de bromas.
En el informe elaborado al respecto se mencionan objetos que han sido objeto de examen tan dispares como pelucas, máscaras rígidas de color amarillo, pistolas de aire comprimido, lámparas ‘quitamiedos’, cosméticos capilares, cafeteras de aluminio, calzado infantil, pastillas de jabón, insectos de plásticos y juego de arco con flechas.
Sin embargo, pocos objetos han llegado a retirarse del mercado pese a los exámenes, ya que tan sólo se detectaron fuertes irregularidades en diez unidades de ‘pelucas pompones’ y en cuatro de lamparas ‘quitamiedos’ de Betty Boop