“Los abogados del turno de oficio lo pasamos fatal durante la pandemia”. Así lo ha afirmado el letrado Felipe Castillo, quien apuntó que la justicia gratuita fue considerada un servicio esencial pero, sin embargo, no hubo instrucciones ni información específica al respecto para los abogados, que vieron obligados a asistir a los detenidos sin conocimiento alguno de lo que estaba pasando con el covid.
“Fuimos una prestación esencial pero sin ningún tipo de prevención, sin instrucciones, sin información específica sobre el problema que teníamos encima”, relató. De hecho, ni siquiera se les facilitaban mascarillas para el desempeño de su labor. “Si podíamos, pues utilizábamos nuestras propias mascarillas que, como todo el mundo sabe al principio eran bastante escasas”.
“Tanto en Comisaría como en los juzgados, frontera, Guardia Civil… en todos los centros de detención teníamos que acudir sin información sobre las circunstancias donde realizábamos nuestro trabajo”, explicó.
Según aseguró Castillo, las instalaciones donde el abogado del turno de oficio debe realizar sus funciones “son deplorables”. Ni siquiera en el Juzgado de Guardia disponen de un “despacho decente” donde poder reunirse con el “cliente”.
“Nos reunimos con ellos en el cuarto de reconocimiento donde a veces ni siquiera hay una silla donde sentarte. Decir que las instalaciones son tercermundistas es poco. Gracias a los funcionarios podemos hacer algunas cosas”, comentó.
En ese sentido, apuntó que es imposible “hablar reservadamente con el cliente”. “Tenemos que verlos en los calabozos, que no están aislados y no revisten ninguna condición de intimidad”.
Hace poco, explicó, se ha abierto en las Torres V Centenario una "sala de togas" del Colegio de Abogados donde los letrados pueden esperar para los juicios. "Antes teníamos que esperar en la calle".
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En Madrid o en la misma Málaga te quería yo ver....