Pablo d´Ors (Madrid, 1963) se crió en el seno de una familia de artistas y se formó en un ambiente cultural alemán. Tras graduarse en Nueva York y estudiar Filosofía y Teología en Roma, Praga y Viena, se doctoró en Roma en 1996, bajo la dirección de su maestro Elmar Salmann, con una tesis titulada «Teopoética. Teología de la experiencia literaria». Fue ordenado sacerdote en 1991, y destinado a la misión claretiana de Honduras, donde desplegó una labor evangelizadora y social. De vuelta a España, compaginó su trabajo pastoral —como coadjutor parroquial primero y como capellán universitario y hospitalario después— con una labor docente como profesor de Dramaturgia y de Estética Teológica en diversos centros superiores de España y de Argentina. Tras conocer al jesuita Franz Jalics, en 2014 fundó la asociación "Amigos del Desierto", cuya finalidad es profundizar y difundir la dimensión contemplativa de la vida cristiana. Es consejero del Pontificio Consejo de la Cultura por designación expresa del Papa Francisco. Para Pablo d´Ors con este Pontífice se han dado pasos muy importantes de apertura que -aunque en ciertos ámbitos se puedan percibir como insuficientes- han logrado una mayor conexión de la iglesia con el mundo actual.
-La hora mejor empleada de nuestra vida es aquella en la que amamos más a Jesús (Charles de Foucault). Después de tantos años desde el descubrimiento personal e íntimo de Charles de Foucauld ¿Sigue igual o más fascinado por su figura?
-En realidad, el legado espiritual de Charles de Foucauld sigue vigente y de plena actualidad, ya que ahora más que nunca existe un gran anhelo por el autoconocimiento interior y probablemente ese ha sido su mayor legado. Este santo es el patrón de "Amigos del Desierto" y verifico que sigue siendo una inspiración para muchos meditadores y buscadores espirituales de hoy día.
-Para mí, buscar siempre el último de los últimos lugares, para ser tan pequeño como mi Maestro, para ir con Él, paso a paso, como file discípulo, para vivir con mi Dios que ha vivido así toda su vida y me da ese ejemplo desde su nacimiento (Charles de Foucoult). ¿Cuáles son las enseñanzas que Foucauld tomó del desierto?
-Entre las más importantes destacaría el “olvido de uno mismo” -en el sentido de desidentificación con nuestro propio ego- para poder hacer la aventura de peregrinaje hacia nuestro yo profundo y real, la pobreza de espíritu (porque solo en lo sencillo podemos encontrar lo realmente transcendente) y la hermandad entre la humanidad (todos somos “uno”, un mismo corazón).
-Usted mantiene que el fracaso enseña mucho. ¿Por qué?
-Me gusta considerar que las sombras son luces alumbradas que aún no lo saben. Los momentos de crisis son enormes ocasiones de transformación y oportunidad. Se trata de proyectar luz y persistir en ella.
-¿Cómo aprender a estar en silencio y adorar en una época de mucho estrés?
-Suelo decir que lo difícil no es meditar, sino querer meditar. Lo ideal es seguir una tradición, encontrar un buen maestro y perseverar en el camino. Es absolutamente factible encontrar quietud y paz también hoy día, pero hay que querer encontrarlas.
-Usted lee literatura. ¿Qué dos libros ha leído recientemente que le han gustado mucho?
-Hace poco he terminado “Maestros Olvidados” de Linda Johnsen sobre la sabiduría de los antiguos filósofos griegos y “Una alegría en voz alta” de mi gran amiga Luce López-Baralt.
-De todos sus libros, ¿Cuál es que recomienda?
-Considero que “Ejercicios de contemplación”, de mi gran maestro Franz Jalics, ha sido el libro más importante de mi vida.
-El Papa Francisco está muy enfermo. Ha salido del hospital después de más de un mes de hospitalización. Un Papa que ha roto moldes, muy distinto en carácter, cultura y formación a su predecesor. ¿Cree usted que el pueblo ha entendido a este Papa?
-Considero que es indudable que Francisco ha abierto nuevos espacios de reflexión dentro de la iglesia. Se han dado pasos muy importantes de apertura que, aunque en ciertos ámbitos se puedan percibir como insuficientes, han logrado una mayor conexión de la iglesia con el mundo actual.