Las nubes bajas han vuelto a jugar una mala pasada, esta vez a 79 viajeros que ayer por la mañana tenían previsto volar desde Málaga a Melilla y desde la ciudad a la Costa del Sol.
La primera rotación, que es como se le llama a estos viajes de ida y vuelta, no se pudo llevar a cabo, según explicaron desde Iberia a El Faro, porque “el techo de nubes estaba por debajo de los 800 pies, fuera de los límites y a la compañía Air Nostrum no se le permite operar bajo mínimos”.
No ha sido un problema de la aerolínea, insisten, porque los vuelos de ayer, con las nubes como estaban de bajas no podía haber volado ninguna otra compañía. “Ni nosotros ni ningún otro piloto podía haber aterrizado en Melilla”, señalaron a este diario.
De los 79 pasajeros afectados, 18 tenían billete comprado en el Málaga-Melilla (9:50 horas) y 61 en el Melilla-Málaga de las ocho y media de la mañana.
El River Melilla, en tierra
Desde la compañía que opera los vuelos regionales de Iberia aseguraron a El Faro que en torno a las 11:30 horas se restableció la normalidad en el aeropuerto de la ciudad, tras recuperarse la visibilidad. A lo largo del día los viajeros de los vuelos cancelados fueron reubicados en otros aviones.
Para entonces ya se habían quedado sin el primer partido de Liga de Tercera División los jugadores del River Melilla, que habían reservado plaza en el vuelo a Málaga de las 8:30 horas, que finalmente fue cancelado por las nubes bajas. Luego les dijeron que saldrían a las diez de la mañana y en torno a las 11:00 desistieron de volar.
Las nubes bajas son bancos de nubes que producen lluvias ligeras y continuas. En Melilla ayer no llovió. La Agencia Estatal de Meteorología previó una temperatura media de 25 grados entre las 18:00 y las 00.00 horas.
De ahí la sorpresa de los melillenses que se enteraron en el aereopuerto de que los vuelos habían sido cancelados por cuestiones meteorológicas.
Las nubes bajas y las brumas ya hicieron estragos en el año 2013
La de ayer no es la primera vez que se cancelan vuelos en Melilla por culpa de las nubes bajas que dificultan la visibilidad de los pilotos que pretenden aterrizar o despegar de la ciudad.
Ocurrió entre el 16 y el 19 de abril de 2013, cuando se vivieron tres jornadas de cancelaciones de vuelos que dejaron en tierra a decenas de pasajeros.
Ese año el aeropuerto de la ciudad sufrió los efectos de la meteorología, que obligó a cancelar más de diez vuelos.
El aeródromo local permaneció cerrado por la falta de visibilidad provocada por las nubes bajas y las brumas.
La cancelación de vuelos en 2013 afectó los servicios de mensajería y la llegada de la prensa nacional a la ciudad. También dejaron de llegar a Melilla otros productos que arriban vía aérea.
Desde las compañías aéreas que operaban en la ciudad explicaron entonces que las cancelaciones de vuelos no dependían de ellas ya que no se podía operar por falta de visibilidad.
Dos semanas seguidas con incidencias
A los problemas de aterrizaje y despegue por falta de visibilidad que se dieron ayer en el aeropuerto de Melilla se suma el inconveniente de que llevamos dos fines de semana seguidos con incidencias en el aeródromo local.
El fin de semana del 21 de agosto el aeropuerto de Melilla era un hervidero de nervios tras cancelarse seis vuelos debido a que había dos aviones de Air Nostrum averiados.
Más de medio centenar de pasajeros que tenían previsto volar a Málaga y a Madrid desde la ciudad autónoma se vieron afectados. Muchos de ellos perdieron la conexión en Barajas con vuelos con destino a Israel, por ejemplo.
Según explicaron desde la compañía, detectaron un fallo mecánico en un aparato que llegó a Málaga desde Ibiza. Los responsables de mantenimiento indicaron que ese avión debía ir a Valencia, donde la empresa tiene su hangar, para ser reparado. El problema surgió cuando el aparato que debía sustituirle también sufrió una avería y hubo que cambiarle una de las palas de la hélice. Desde la aerolínea aclararon que el incidente era totalmente “inusual” y durante la jornada del mismo 21 de agosto reubicaron a todos los pasajeros de Málaga, pero los de Madrid tuvieron que volar al día siguiente. Cincuenta de ellos fueron alojados en hoteles de Melilla.