La consejera Garbín aclara que San Vicente de Paúl “es un centro para transeúntes”.
Ante las insistentes denuncias por parte de Coalición por Melilla (CpM) y Unión, Progreso y Democracia (UPyD) de tres familias que tienen orden de abandonar el albergue de San Vicente de Paúl, la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, aseguró ayer que dos de esas familias “rechazan la ayuda de los Servicios Sociales”. No en cambio una de ellas que ya ha conseguido una casa en régimen de alquiler, precisamente gracias a la ayuda de Cáritas Interparroquial Melilla, con quien firmó ayer dos convenios de carácter social.
“Se niegan a aceptar lo que nosotros les ofrecemos”, dijo, una oferta que consiste en un adelanto económico para la fianza y primer mes del alquiler de una casa “que rechazan sin intención de abandonar el albergue y ese no es lugar para criar a unos hijos. Es un centro para transeúntes y llevan allí desde noviembre y diciembre, respectivamente”. En este sentido, Garbín insistió en que en varias ocasiones los técnicos de la Consejería han acudido al albergue para trabajar con estas familias.
Así, la consejera aclaró que Emvismesa “no puede darles una casa porque rompería el principio de igualdad de oportunidades con las más de 3.000 personas que están esperando también una vivienda”. “Las condiciones y requisitos son iguales para todos porque, de lo contrario, –continuó– todos dejarían de pagar el alquiler a expensas de que Emvismesa les de una casa”.