A la campaña electoral le quedan sólo cuatro días, más la jornada de reflexión, y se nota que pisamos un terreno pantanoso en el que más de uno teme hundirse. En lugar de aprovechar las últimas horas para ilusionar al ciudadano, nos encontramos con formaciones que queman sus cartuchos en un triste espectáculo pirotécnico que lo único que hace es demostrar que la política, en cuestiones de decepción, no ha dicho la última palabra.
Este lunes, 72 horas antes de que acabe el plazo para depositar el voto por correo en Melilla sólo 1.307 personas habían llevado su papeleta a las oficinas de Correos de la ciudad y la península. Es un cerca de un 11% del total de los 11.707 melillenses que solicitaron el voto a distancia.
Vamos camino de desechar casi 10.000 votos. Si todos esos sufragios finalmente fueran a la abstención, por Ley de Homs se beneficiarán las listas más votadas.
Durante todos estos años hemos tenido la solución a la compra-venta de votos al alcance de la mano. Ha sido exigir el DNI a la hora de entregar el voto por correo y se acabaron las colas en Melilla. Hay gente que probablemente ha perdido mucho dinero en este negocio de la compra-venta de votos y querrá cobrárselo. Y eso preocupa en una ciudad en la que parece que se han traspasado todas las líneas rojas.
Los ciudadanos de bien, los que cumplen con sus deberes; pagan sus impuestos y no se saltan las normas deben saber que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado harán el próximo domingo un despliegue nunca visto en unas elecciones en la ciudad. Su único objetivo es pararle los pies a quienes se les pase por la cabeza alterar el día de la fiesta de la democracia.
Casi 600 efectivos de Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local vigilarán los colegios electorales que se abrirán para votar el domingo 28 de mayo. Es más del doble que el dispositivo montado en Ceuta, donde no ha sido necesario tanto despliegue porque allí el voto por correo, siendo ligeramente más alto que la media nacional, no es ni de lejos como el nuestro. Hablamos de un 3,3% en la ciudad caballa, frente al 2,84% de la media nacional y el 21% en Melilla.
Ante las dudas que hay en torno a lo que está pasando con el voto por correo en Melilla, Ciudadanos ha anunciado que pedirá una comisión de investigación en el Congreso y Vox quiere que Bruselas investigue si Marruecos está detrás del escándalo de nuestra ciudad.
Todas las alertas están lanzadas y los que han querido dar un golpe a nuestra democracia se han quedado con los votos en las manos.