Las llegadas irregulares a las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta han bajado este año desde el 1 de enero hasta el 15 de junio respecto al mismo periodo de 2024, siendo más importantes los accesos a la ciudad ceutí.
Son datos del balance de inmigración irregular del Ministerio del Interior, que refleja que en los primeros 15 días de junio han llegado a Canarias 301 personas, por lo que continúa la tendencia decreciente registrada desde el pico del pasado noviembre, cuando en un solo mes llegaron 7.338 migrantes.
Las llegadas por vía marítima no son significativas a estas alturas del año ya que a Ceuta han llegado 3 personas desde que empezó el año (13 en 2024) y a Melilla una, como el año pasado.
Mientras tanto, por vía terrestre (que incluye los accesos a nado), han bajado las entradas de 1.107 a 791 en el caso de Ceuta y han subido, de 16 a 67, en Melilla.
Desde que empezó el año, han llegado a las islas 183 pateras o cayucos con 11.284 migrantes, 7.700 menos que en 2024, tras completar la que es considerada como una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.
En total, han entrado a España por vía irregular 16.733 personas, 7.432 menos que en 2024, lo que se traduce en una bajada del 30,8 %, la gran mayoría por vía marítima (15.875).
Las llegadas a la península y las Islas Baleares, en cambio, han subido un 13,4 % en lo que va de año respecto a 2024, de 4.044 a 4.587, lo que significa 543 personas más.
Según los datos oficiales del Ministerio del Interior recabados por EFE, el año récord en Melilla fue 2015, con 9.169 llegadas de migrantes, fundamentalmente refugiados sirios; seguido por 2019, con 5.890; y 2018, con 5.739, época en la que la ciudad sufrió su segunda crisis en la valla.
La bajada que se viene produciendo en los últimos años se debe al importante control policial que hay sobre el perímetro fronterizo que separa España de Marruecos en Melilla desde el trágico intento de salto a la valla del 24 de junio de 2022, en el que murieron, al menos, 23 migrantes, según los datos oficiales del país vecino, aunque las ONG elevan la cifra incluso por encima del centenar de víctimas mortales.