La precariedad laboral es la principal preocupación de los melillenses, al menos de los ciudadanos que fueron consultados por El Faro a raíz de la encuesta publicada por el CIS con respecto a los temas que más inquietan a los españoles. La falta de estabilidad en el empleo, la escasez de oportunidades, forman parte de los asuntos que más dan que pensar a la población de Melilla, unos asuntos que no difieren en esencia con las cosas que inquietan al resto de los españoles.
El CIS pone la crisis económica como la preocupación número 1 y ahí coinciden mucho los melillenses, que se quejan de que no hay manera de encontrar un puesto de trabajo que les permita tener disfrutar de una vida tranquila. Y hay que ser realistas, en muchísimos casos se sacrifica la vocación por la estabilidad, por mínima que sea, sobre todo en el caso de los más jóvenes.
Pero en el ranking hay otros puntos importantes como es, por ejemplo, el tema de la vivienda. En Melilla, sin ir más lejos, no se construyen casas de carácter social desde hace años, los alquileres están disparados y no hay joven que pueda emanciparse si no es compartiendo piso, y en muchas circunstancias ni siquiera eso. También es uno de los grandes problemas que se citan a nivel nacional, donde cualquier cuchitril puede costar 800 euros al mes, sobre todo en las grandes capitales; entre ellas, Málaga, que se ha situado en la parte alta de la tabla desde que su desarrollo económico está imparable con la implantación de los gigantes tecnológicos tipo Google.
Para completar el trío de ases de las preocupaciones melillenses tenemos que citar también la sanidad. La situación de la asistencia sanitaria pública en la ciudad es más que precaria, es un auténtico caos y los médicos han afirmado más de una vez que se ha tocado fondo sin que nadie ponga solución al problema. Por curioso que parezca, el pasado viernes el Sindicato Médico pedía “paciencia” a los usuarios del Centro de Salud de la Zona Centro porque faltaban cinco médicos.
Pero la cosa no es así. No es el paciente, el usuario, el cliente, el que tiene que tener paciencia sino la Administración la que tiene que dar un buen servicio a quienes la sostienen con sus impuestos. Es bastante impresentable pedir paciencia a los ciudadanos porque faltan médicos. La diana no se puso donde se debía colocar y no se puede centrar la atención en el contribuyente sino en aquellas estructuras del sistema que no funcionan como deben.
Por otro lado es lógico que la sanidad preocupe a los melillenses. Lo raro sería que no estuviera entre los asuntos que más inquietan. De hecho estamos hablando de la salud de las personas, de lo más sensible que tenemos los seres humanos y de aquello que se debe garantizar en cuanto a la asistencial. Hoy, en Melilla, ponerse enfermo es una situación de riesgo. No ya que te vean en Atención Primaria sino los meses que hay que esperar para un especialista o lo que tardan en citar al paciente para una prueba.