En las últimas semanas, Melilla ha visto un alarmante aumento en la cantidad de patinetes eléctricos requisados por la Policía debido a infracciones de tráfico. Más de 150 patinetes han sido confiscados, lo que refleja no solo el creciente uso de estos vehículos de movilidad personal, sino también la falta de cumplimiento de las normas de circulación por parte de muchos de sus usuarios.
La Policía ha intensificado sus operativos para garantizar que los conductores de patinetes eléctricos respeten las normas de tráfico, ante la preocupación de las autoridades sobre los accidentes y lesiones que podrían producirse si los usuarios no cumplen con las medidas de seguridad. Según José Ronda, consejero de Seguridad Ciudadana en Melilla, "los vehículos de movilidad personal tienen que cumplir las normas de circulación como cualquier vehículo". Con esta afirmación, Ronda ha subrayado la importancia de que los conductores de patinetes eléctricos respeten el código de circulación y sigan las mismas reglas que los conductores de otros vehículos.
A pesar de que la popularidad de los patinetes ha aumentado entre los melillenses, especialmente entre los más jóvenes, muchos de los usuarios no están completamente informados sobre las regulaciones que deben seguir. Las infracciones más comunes incluyen circular por zonas peatonales, no usar casco, no respetar los límites de velocidad establecidos y no cumplir con las normas relativas al uso de carriles bici y zonas específicas para la circulación de estos vehículos.
El incumplimiento de las normas no solo pone en riesgo a los usuarios de los patinetes, sino también a los peatones y otros conductores. Al no contar con la protección que ofrecen otros vehículos, como los coches o las motos, los patinetes eléctricos representan un riesgo considerable para quienes los conducen, especialmente si se producen caídas o colisiones. Según Ronda, "el incumplimiento de las normas de tráfico puede acarrear accidentes, puede acarrear lesiones graves en ellos porque al fin y al cabo no tienen ningún tipo de protección". Este factor ha hecho que las autoridades se tomen muy en serio la necesidad de sancionar a los infractores para evitar tragedias.
Aunque muchos de los infractores son jóvenes que, en su mayoría, desconocen las normas de tráfico o las consideran innecesarias, las autoridades no han mostrado flexibilidad en la aplicación de las sanciones. Ronda ha dejado claro que "si cometes una infracción, indudablemente habrá que sancionar", resaltando que las leyes deben aplicarse de manera equitativa para todos los usuarios de la vía pública. La Policía, de hecho, ha comenzado a imponer multas a diario y en algunos casos, los patinetes confiscados no son devueltos hasta que los propietarios paguen la sanción correspondiente.
En los casos en que el infractor sea menor de edad, se permite que los padres o tutores se hagan responsables y recuperen el patinete tras cumplir con el pago. "En la policía tenemos aproximadamente 150 patinetes", ha comentado, lo que refleja la magnitud del problema y la necesidad de encontrar soluciones para el almacenamiento y la gestión de estos vehículos confiscados.
La creciente cantidad de patinetes requisados plantea también un desafío logístico para las autoridades. Con un tono irónico, Ronda ha sugerido que, si la situación sigue creciendo, "montaremos un mercadillo" para dar salida a los patinetes incautados. Sin embargo, más allá de las bromas, lo que está claro es que la ciudad enfrenta un problema real con la proliferación de estos vehículos y su impacto en la seguridad vial.
La reacción de los infractores, en su mayoría jóvenes, ha sido variada. Si bien algunos aceptan la multa con la conciencia de que han cometido una infracción, otros muestran incomodidad o incluso indignación por la sanción. "A nadie le gusta que les sancionen, pero también tenemos que tener en cuenta que hay que respetar las normas", ha afirmado Ronda, subrayando que las reglas están en vigor para proteger a todos los usuarios de la vía pública, no solo a los conductores.
Ante este panorama, las autoridades locales han expresado la necesidad de reforzar las campañas de concienciación y educación vial, especialmente dirigidas a los jóvenes. La Policía se ha comprometido a seguir intensificando los controles y a promover la seguridad en la circulación de patinetes. Asimismo, se ha instado a los ciudadanos a ser más responsables y respetuosos con las normas de tráfico para evitar sanciones y, lo más importante, accidentes.